Me invade una sensación de aturdimiento y pienso si no seré objeto de la cuchufleta de alguna amiga. La intuición me dice que no, y le respondo a la entrevistadora que me ha preguntado mi opinión, y que mi opinión es mía, no suya
Si de algo se puede calificar al PSOE de Castilla-La Mancha es de imaginativo a la hora de buscar el voto y de adoctrinar a la gente, aunque para ello los socialistas tengan que saltarse -presuntamente- todas las normas éticas del juego político habidas y por haber.
Suena el teléfono de Santos G. Monroy -periodista castellano manchego conocido y reconocido por destapar los entresijos del Aeropuerto fantasma de Ciudad Real-, y una señora de voz agradable le pide contestar a unas preguntas con el fin de evaluar la opinión de los ciudadrealeños sobre la gestión del presidente de la Junta de Comunidades.
La encuestadora se presentó como voluntaria de la Oficina de José María Barreda en Ciudad Real.
Se desconoce si realmente era voluntaria o cobró por ello y si hizo la encuesta desde una institución pública. Lo más llamativo fue que se trataba de una supuesta encuesta de opinión que se realizaba solamente en Ciudad Real, provincia que ‘casualmente’ es la que puede ser decisiva en la victoria regional del 22-M.
¿Es que a Barreda le da igual lo que opinen sobre su gestión los ciudadanos del resto de provincias? Parece ser que sí.
El periodista se dispuso a quejarse sobre algunos aspectos, a lo que la voluntaria se alarmó, llegando a asegurar que García Monroy estaba mal informado.
Es cierto que ha tenido que bregar con el factor exógeno de la crisis que afecta al país, pero de todos modos la gestión ha sido mala en muchos aspectos. Tasa del 21 por ciento de paro. 200.000 castellano-manchegos cruzados de brazos. Una cuestionable calidad de la educación, con gastos desmesurados en equipos informáticos y lo que creo que es una mala administración de los recursos de profesorado. Además, desde el punto de vista económico me parece que…
La voz me interrumpe. La alegría se arruga de repente, como el plástico de un globo pinchado.
-Perdón, pero creo que usted está mal informado, esa no es la realidad.
– Ignoro si será la realidad, pero es la información de la que dispongo.
La voluntaria sin pudor alguno, exime a su jefe Barreda -para quien trabaja gratuitamente, según ella- de toda culpa.
– Esa es la información que está facilitando la oposición.- El tono se endurece. Adiós al buen rollito, pienso.
– Perdona, pero esa información responde a cifras oficiales facilitadas por el Ministerio de Trabajo y publicadas en prensa.
– Pues que sepa que son cifras manipuladas por medios de comunicación afines a la oposición.
Zas. En toda la boca. Menudo sopapo que me acaba de dar la gachí. Me invade una sensación de aturdimiento y pienso si no seré objeto de la cuchufleta de alguna amiga. La intuición me dice que no, y le respondo a la entrevistadora que me ha preguntado mi opinión, y que mi opinión es mía, no suya. Aprovecho el tirón y le recuerdo la que fue, a mi juicio, nefasta gestión de Caja Castilla La Mancha, y los desenlaces de casos como los del Aeropuerto de Ciudad Real, El Reino de Don Quijote y la Fundación Virtus de Puertollano.
La conversación sigue, la presunta voluntaria que trabaja por amor al arte sigue intentando achacar al PP de Cospedal de todos los males posibles, y García Monroy se limita a dar datos y cifras sacadas, de entre otras fuentes, de los propios datos ministeriales.
CCM, copago sanitario… la voluntaria zarandea a García Monroy a ver si cuela algo pero sin mucho acierto.
Me vuelve a asegurar que las cosas no son como yo las veo, que estoy equivocado. Yo le recuerdo que se supone que esto empezó siendo una encuesta de opinión.
«Me da ya pereza seguir insistiendo, aunque le digo que lo mejor que pueden hacer los de la Oficina de Barreda en Ciudad Real es contestarse a ellos mismos y obtendrían unos resultados estupendos», asegura el periodista.
-Bueno, pues eso es todo. Muchas gracias de todos modos.
– Oye, perdona, pero «de todos modos» no. Dame las gracias simplemente, y a secas, porque mi opinión es tan válida como la de cualquiera que piense de otro modo.
No hay manera de calificar este triste suceso. Lo que era una supuesta encuesta de opinión se trataba en realidad de una verdadera actividad política prohibida por la Ley Electoral y centrada en adoctrinar descarada y vulgarmente a la ciudadanía para vender al denostado Barreda. Mala suerte ha tenido el PSOE al haber dado con Santos García Monroy, pero el azar o alguna ‘conspiración’ de Cospedal, ha querido que fuera el periodista el entrevistado.