0-1 ante el Villarreal B

Deshonra blanquiazul

El CD Tenerife se empeña en certificar por la vía rápida su descenso a Segunda B

Deshonra blanquiazul
Natalio, delantero del CD Tenerife.

El CD Tenerife insiste en terminar por la vía rápida con su agonía. Tercer partido de David Amaral y tercera derrota consecutiva. Si a Arconada lo echaron del club con cuatro partidos perdidos de forma seguida, al técnico de Arico le queda, en teoría, una sola bala. La tarde del sábado se presentó meteorológicamente desapacible y el partido ante el Villarreal B (0-1) fue un calco de lo que se veía venir desde el macizo de Anaga, revuelto y con un nuevo jarro de agua fría para los seguidores. La ventolera que acompañó durante gran parte de la cita fue una hipérbole de los tres puntos que volaron del Heliodoro y van un porrón.

El Tenerife, durante la primera parte, no quiso desdecir a los aficionados que recibieron a los jugadores chicharreros con una pancarta que rezaba: ‘Son la deshonra del tinerfeñismo’. Efectivamente, el conjunto de David Amaral salió con un juego ramplón, plano, sin ideas, como dando por buena la teoría de que es un equipo de Segunda División B. Sin nada que oponer al filial del Villarreal, sólo la casta de Nino era la diferencia que animaba a una más que despoblada grada.

Poco a poco, y sin hacer un gran derroche de facultades físicas, el Villarreal B iba ganando terreno y, evidentemente, el tanto tenía que llegar. Una gran acción de Hernán Pérez fue culminado por una de las perlas de la categoría, Iago Falqué. El 0-1 no alteró en demasía los ánimos de una afición que ya parecía estar resignada a su suerte. Nino, al filo del descanso, pudo haber puesto las tablas, pero el meta castellonense anduvo fino para rechazar a saque de esquina.

El segundo período fue de inoperancia absoluta. El Tenerife lo intentó con más corazón que cabeza, pero ni Nino, ni Natalio ni Julio Álvarez fueron capaces de rematar a gol las ocasiones que tuvieron. El cuadro castellonense, a la contra, estuvo a punto de sentenciar, pero Marcos Gullón y Falqué estuvieron fallones en la definición.

Los minutos finales fueron de más preocupación en los aficionados para guarecerse de la lluvia que de lo que pasaba sobre el terreno de juego. Es más, mientras los delanteros locales se inflaban a fallar más que una escopeta de feria, un ex blanquiazul, Ángel, lograba anotar los tres goles del Elche ante el Huesca, hecho muy celebrado en la grada, más que como reconocimiento al que fuera jugador del Tenerife como censura a los ‘lumbreras’ que planificaron la temporada en Segunda A y que ya virtualmente es de Segunda B.

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