Como hay elecciones a final de mes…
–¿Cómo dice, cristiano…?
–Ah, ¿pero usted no se ha enterado, doña Virtudes Rancias…? Pues sí, señora suya, efectivamente hay elecciones el próximo 22 de mayo Dios mediante, día de santa Rita lo que se da no se quita. Elecciones locales, autonómicas y circunstanciales, concretamente.
–¿Y ahora qué me hago yo, que no me he hecho el traje de fiesta? Ya no me va a dar tiempo. ¡Qué horror, tener que ir hecha una facha a votar! Yo no sé si usted lo sabe, pero desde que se instaló la democracia, una servidora lleva ganando todos los concursos de belleza de mi colegio electoral.
–Ya, pues qué pena. Lleve el mismo vestido de Fin de Año. O el de los Sanfermines, cando se disfrazó de cabestro.
–¡Huy lo que me ha dicho el desaprensivo este!
Bueno, pues eso, que como hay elecciones, pues los políticos están saliendo a las distintas palestras a largar boberías, simonadas y vaciedades. Conectamos:
1.- El candidato a alcalde por el PSOE de mi ciudad y la de ustedes, Santa Cruz de Tenerife, que se llama don Julio Pérez, ha proclamado: “Lo que nunca haría yo sería cerrar la puerta del despacho”. Pues usted sabrá, don Julio. Pero hay tal cantidad de presuntos ladrones en el Ayuntamiento, que un servidor no le aconsejaría que dejara abierta la puerta.
Mire usted don Julio, sin ir más lejos, el actual concejal de Fiestas y Actividades “Restregativas”, digo Recreativas, don Norberto Plasencia, que es un señor muy amable que hace muy bien las croquetas de bacalao, se dejó un momento abierta la puerta de su despacho, y le robaron todas las Fiestas. ¡Todas! Le han dejado solo las Actividades Recreativas, que son un coñazo y parte del otro.
Así que usted verá. Fíjese cómo será la cosa, que el actual alcalde don Miguel Zerolo, pese de tener seis escoltas, tranca la puerta de su despacho con una barra de hierro y dos candados de los gordos, cada vez que tiene que ir a hacer pipí.
2.- El candidato a alcalde por Coalición Canaria del mismo Ayuntamiento, que se llama José M. Bermúdez, se ha sincerado en un medio volante: “De pequeño, no contaban conmigo en el fútbol; era un maltrato psicológico”. Ya, muy bien… Un maltrato psicológico, dice el muchacho.
Ojalá todos los mortales solo hubiéramos padecido maltratos psicológicos de ese tipo digamos…., gilipollas. Porque resulta que Bermúdez entró en política, como concejal, a los 20 añitos… Y desde ese entonces, ya tiene 44 añitos, ha estado viviendo de la papita suave de la política. O sea que no ha tenido que sufrir el maltrato psicológico del paro, ni que lo rechazaran en ninguna empresa… Ni siquiera ha tenido que pasar por las oficinas del INEM a entregar el currículum… El único sufrimiento psicológico de Bermúdez es que no lo dejaban dar patadas al balón de chico, en el equipo de su cole. ¡Qué barbaridad! ¡Qué mal hecho está el mundo! Presente denuncia a la ONU, don Bermúdez, usted no se corte. O al Defensor del Tonto, digo del Pueblo.
3.- La candidata a la alcaldía de la misma ciudad de antes, ¿para qué cambiar?, por el Partido Popular, que se llama doña Cristina Tavío y está muy… No sé cómo decirlo, para que no se me echen encima las feministas. Solo les diré que hace poco salió una foto de ella en bikini, en la primera página de un periódico de aquí, y mi amigo Carlos el kiosquero y un servidor, tras una corta sesión de deliberaciones, llegamos a la conclusión, por abrumadora mayoría, que no nos quedaba más remedio que votar por doña Cristina Tavío.
(Esto que quede entre nosotros: los otros candidatos a alcalde por mi ciudad, don Bermúdez y don Julio, están fatal en bikini. Pero fatal, fatal. Una cosa horrorosa. Aunque a lo mejor a don Pedro Zerolo, el gay de plantilla del Desgobierno Zapatero, le gustan. Cosas peores se han visto).
Bien, pues doña Cristina dijo el otro día a EFE: “La gente quiere una escalera en Añaza para bañarse, no macroproyectos”. Bien. Vamos a ver, doña Cristina: ¿No sería mejor una bañera, en vez de una escalera, para bañarse…?
Le recuerdo el diccionario, doña Cristina. Escalera: “Serie de escalones que sirven para subir a los pisos de un edificio o a un plano más elevado, o para bajar de ellos”. Bañera: “Pila que sirve para bañarse”, o sea “lavar todo el cuerpo o parte de él”. De nada, tía bu…, digo doña Cristina.
