Opinión / Pasajes

País de bellacos

País de bellacos
Zapatero, España y los parados. EP

Salió Zapatero el otro día en un mitin de su partido, puso cara y pose de solemnidad, algo que tiene muy ensayado porque lo emplea cada vez que va a decir una majadería, alias guanajada, y largó: “Proclamo y afirmo que miente como un bellaco quien diga que hemos hecho recortes”. Se refería a recortes sociales, claro está. Bien. Pero como por educación no quiero dar mi opinión al respecto primero que nadie, con su permiso le preguntaré a don Celedonio, que es protésico dental por lo contencioso administrativo.

–Díganos don Celedonio, ¿qué le parece que Zapatero proclame y afirme que miente como un bellaco quien ose decir que él ha hecho recortes sociales…?
–Pues qué me va a parecer, que soy un bellaco. ¡Y un bellaco del caraj…!
–Vale, vale, don Celedonio. Lo entendemos perfectamente.
–¿Por qué no quiere que diga yo carajo, si usted lo dice a cada momento…? Oiga, y además le tengo que decir una cosa: para su información le diré que no soy protésico dental por lo contencioso administrativo, sino por reducción al absurdo.
–Ya, pues enhorabuena, bellaco.
–Y tonto de los cojones también, ¿sabe usted? Porque además de pensar y decir que Zapatero ha hecho más recortes sociales que ningún otro presidente de España, resulta que como voto a la derecha, pues según el alcalde socialista Pedro Castro soy un tonto de los cojones. ¿Qué le parece…?
–Que estamos igual, Cele. Ahora bien, un servidor es más tonto de los cojones y bellaco que usted, que se entere.
–¡Huy lo que me ha dicho! ¡A que eso no se atreve a decírmelo en la calle!
–Era broma, Cele.
–Ah bueno.

Y como hacía mucho tiempo que no escuchaba la palabra bellaco, la última vez fue allá por el Siglo de Oro, que me lo llamó don Francisco de Quevedo cuando le pisé un callo, pues me tuve que ir al
diccionario. Y allí consta que bellaco es alguien: “Malo, pícaro, ruin”. ¡Qué ilusión que Zapatero me llame malo, pícaro y ruin! Pero tal gozo en un pozo, porque a continuación dice el diccionario que bellaco es también alguien: “Astuto, sagaz”. Y eso no me lo merezco, la verdad: No hay que ser muy sagaz o astuto, para entender que Zapatero ha hecho más recortes sociales que nadie. De nivel planetario incluso han sido los recortes sociales de Zapatero, que diría Leire Pajín.

Y entonces, pues para entretenerme, me dediqué a hacer un censo de bellacos. Y descubrí que como en España hay ocho millones de pensionistas a los que Zapatero les ha recortado y congelado sus pensiones, pues hay de entrada ocho millones de bellacos.

Además, España tiene cerca de 3,2 millones de funcionarios, a los que Zapatero les ha recortado el sueldo en un cinco por ciento –por ahora–, lo que significan 3,2 millones de bellacos más. Pero el mayor recorte social que puede padecer nadie es que lo dejen en el paro, y resulta que España es el país de la Unión Europea y de la OCDE con más tasa de desempleo, que se traduce en cinco millones de parados que aun cobran alguna prestación.

Cojo el lápiz, sumo, y ya me salen 16,2 millones de bellacos en España, nada más que entre estos tres colectivos ciudadanos. Pensionistas, funcionarios y parados, suponen más de 16 millones de bellacos. Lo que nos convierte en el país con más bellacos de toda la Vía Láctea.

Por otra parte, resulta que tantos bellacos funcionarios, bellacos parados y bellacos pensionistas, están sostenidos por los 14,1 millones de cotizantes que tienen la suerte de conservar el empleo. Y no me salen las cuentas, la verdad.

Y si solo esos 16,2 millones de bellacos se decidieran a votar en contra de Zapatero y su PSOE el próximo 22 de mayo, pues a lo mejor empezaba a reducirse drásticamente en España el número de bellacos. Y ya no les digo nada si el Zapatero tuviera vergüenza y convocara elecciones generales, porque entonces sí que dejaríamos de ser un país de bellacos en poco tiempo.

Hay que reconocer que aun hay colectivos sin bellacos en sus filas; o con pocos bellacos, vamos. Tal el de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales. O el de artistas y titiriteros progres de la “Zeja”. O el de sindicalistas de la “Zeja”. O el de amigos y admiradores de la Alianza de Incivilizaciones de Zapatero. O el de propietarios de clínicas abortivas para niñas de 16 añitos. Pero son bien poquitos, la verdad.

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