YU55, es un asteroide de 55 millones de toneladas y 1,300 pies de longitud. Pasará a tan solo 201,700 millas de nuestro planeta en el mes de Noviembre de este mismo año, entre las 18:28 del día 8 de Noviembre y la 1:13 del 9 de Noviembre (hora del Este de EEUU). Según Dave Yeomans, científico de la NASA, no hay riesgo de que colisione con nuestro planeta, por lo menos en los próximos 100 años.
Pero si esto a usted le ha tranquilizado, le diré que el asteroide NT7 podría impactar contra la Tierra el 1 de febrero del 2019 con magnitudes catastróficas, según informó la cadena British Broadcasting Corporation (BBC) de Londres, en base a las estimaciones del doctor Benny Peiser de la Universidad de Liverpool, en Reino Unido, el pasado mes de julio de 2010. Y si éste fallara, no se preocupe, aún nos queda el famoso Apofis, otro puñetero asteroide, roca cabrona, que nos rozará el 13 de abril de 2036 según todas las estimaciones serias.
El caso es que todas estas informaciones, más o menos confirmadas, nos sobrecogen inquietan, por no decir que nos acojonan.
El concepto del Armagedón, que aparece en el libro del Apocalipsis, capítulo 16, versículo 16, y que inmortalizó el director de cine Michael Bay, en la película de 1998 de mismo título, con Bruce Willis como protagonista, toma fuerza y vigencia con estas noticias, que de alguna manera nos recuerdan una realidad extraterrestre, que nada tiene que ver con los ovnis ni los maravillosos alienígenas del celuloide.
Una realidad escalofriante, que la propia ciencia humana ha identificado como causante en el pasado, de extinciones masivas de otras grandes especies moradoras de este planeta azul, como la gran roca con un diámetro de entre 400 y 800 metros, que se estima impactó contra la Tierra, acabando con los gigantes dinosaurios.
De entre las pocas defensas serias que la ciencia ha aportado contra estos inoportunos vecinos cósmicos, destaca la posibilidad de utilizar velas solares para evitar el impacto de una roca espacial contra la Tierra. El ingeniero francés Jean-Yves Prado del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) en Francia, ha elaborado un plan que ha recibido muy buenas críticas por parte de la comunidad científica, para alterar la órbita del ya mencionado Apofis, en 2036.
En mi opinión, de lo que no me cabe la menor duda amigos, es que si una roca de esas dimensiones viniera contra nosotros; ni una velas, ni los Bruce Willis del mundo podrían salvarnos; mejor nos encomendamos a lo divino y nos despedimos hasta la próxima, eso sí, insultando antes al jefe/a, comiendo muy bien, practicando mucho sexo, y como petición mía, quemando todos los discos de Karaoke,en una hoguera pública improvisada.
En fin, otro día les cuento más cosas desde mi zulo de la conciencia.
(*) Director de Tenerifeweek.com
