Excusas de mal pagador en el seno de los nacionalistas para justificar los resultados obtenidos en las elecciones. La presidenta de Coalición Canaria, Claudina Morales, se muestra contrariada por el retraso de unas sacas con más de 14.000 votos de canarios residentes en el exterior que, finalmente, no han podido ser computadas de cara a los comicios del pasado domingo. Salvo que la máxima exponente de CC tenga habilidades de adivina, y de ahí su enfado, se supone que no todas las papeletas que han llegado fuera de tiempo irían a parar al dominio coalicionero.
Morales insistió en que «ha habido serias dificultades para que lleguen los sufragios, a pesar de que ya se lo habíamos hecho saber a la Secretaria de Estado. Se plantearon alternativas, pero con escasos resultados». Esto, subrayó, «unido a la reforma electoral, cercena derechos de los emigrantes y evitó que más de 14.000 personas pudieran ejercer su derecho al voto. El Gobierno no hizo nada para que llegaran los votos a Canarias porque hablamos de los canarios y no les interesa».
La presidenta de CC habló de pactos y aseguró que lo importante es que «estos se gesten con la mayor rapidez porque hay que darle estabilidad a las instituciones». No obstante, adujo que «no en todos los casos nos tocará llevar la iniciativa, así que también estaremos a la espera de que se pongan en contacto con nosotros para lograr esos acuerdos».
Lo que sí consideró casi imposible son los llamados pactos en cascada dada la amalgama de combinaciones que ha quedado reflejada tras la noche electoral. En teoría, un pacto CC-PSOE sería factible en el Gobierno de Canarias y en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, pero tiene menos visos de cumplirse en los dos grandes cabildos del Archipiélago, Gran Canaria y Tenerife, así como en el Consistorio de San Cristóbal de La Laguna.
