Lo lógico es que el gobierno en funciones acelere el traspaso de poderes, pero el PSOE no quiere que se sepa lo que ha hecho durante estos años
El alcalde de Guadalajara, Antonio Román, afirma que estudiaría la posibilidad de aceptar un puesto en el nuevo gobierno de Castilla-La Mancha si la presidenta electa se lo pide, aunque ha precisado que Cospedal sabe perfectamente que su prioridad es «trabajar por y para los intereses de Guadalajara».
Román, que anda estos días muy ocupado adecentando el Ayuntamiento para la toma de posesión de mañana, sábado, ha explicado cómo afronta su futuro después de arrasar en las elecciones del 22 de mayo -al obtener el mayor número de concejales del PP de la historia municipal- y sobre su nueva responsabilidad como diputado en las Cortes regionales por Guadalajara.
Un aspecto que, a su juicio, no sólo no entorpecerá su labor en la corporación local sino que la «beneficiará», ya que considera que ser alcalde y diputado son cargos «perfectamente compatibles», aunque el de regidor siempre estará por encima de los demás.
Antonio Román afronta por segunda vez la Alcaldía de Guadalajara al haber conseguido 16 concejales frente a 8 del PSOE y 1 de IU, y aunque no adelanta si esta que comienza será su última legislatura sí precisa que no piensa estar 25 años como alcalde.
De este modo, abre la puerta a un futuro en la política autonómica y nacional «siempre que mi partido estime que es lo mejor para el Gobierno», matiza.
No obstante, aclara que corresponde a Cospedal componer su gobierno «sin desmembrar otras estructuras» como el Parlamento regional o las alcaldías, una tarea para la que cuenta con «un montón de personas con sobrada experiencia y capacidad y que han desarrollado su labor de forma brillante».
Entre todas ellas Román destaca a la portavoz del PP en las Cortes de Castilla-La Mancha, Ana Guarinos; a su portavoz en el Ayuntamiento, Juan Antonio de las Heras, y a los diputados nacionales Ramón Aguirre e Ignacio Echániz, todos ellos en las quinielas sobre el futuro gobierno porque «tienen una alta cualificación».
El alcalde de Guadalajara también tiene la responsabilidad de elaborar su gobierno municipal, del que solamente adelanta que estará formado por concejales que no tienen responsabilidades en áreas externas dado que cuenta con un equipo «competente, amplio, válido y con ganas de trabajar en una situación complicada».
Tampoco avanza quien será el próximo presidente de la Diputación, aunque reconoce que lo tiene decidido y que es un concejal del Ayuntamiento, con lo que parece apuntar a que será Juan Antonio de las Heras o Jaime Carnicero.
Con respecto al traspaso de poderes en la Junta de Comunidades, Román ha exigido lealtad al gobierno socialista saliente y ha recordado la situación que él vivió hace cuatro años, cuando llegó a la Alcaldía, cuando le dijeron «que tendría todos los papeles y luego no fue así».
«Al final se descubren gran parte de las trampas. Lo lógico es que el gobierno en funciones acelere el traspaso de poderes, pero el PSOE no quiere que se sepa lo que ha hecho durante estos años», afirma Román, quien descarta que las acusaciones del PP sobre las cuentas públicas puedan generar alarma entre empresarios e inversores.
En este ámbito económico, el alcalde espera que el sector empresarial siga apostando por Guadalajara, una provincia que «ha sido menospreciada históricamente por los gobiernos socialistas» y que, a su juicio, volverá a ser «igual de importante que el resto» de la comunidad autónoma de la mano del PP.
«Vamos a priorizar proyectos en función de la situación económica, pero está claro que Guadalajara no va a ser la última provincia como lo ha sido para el PSOE», apunta Antonio Román.