El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, se ha mostrado convencido este miércoles de que el tiempo del dictador Muamar Gadafi al frente de Libia «ha pasado» y por ello debe abandonar el poder. «Gadafi se irá antes o después, es sólo una cuestión de cuándo», ha afirmado.
En cualquier caso, durante su intervención en el Senado, en el seminario ‘OTAN y Mediterráneo’, Rasmussen ha recordado que la comunidad internacional está comprometido a mantener continuar en Libia y proteger a la población libia «el tiempo que sea necesario». «Hay que mantener la presión militar para crear el terreno necesario para una solución política», ha dicho.
El secretario general ha estado acompañado en la Cámara Alta por la ministra de Defensa, Carme Chacón, que también ha tomado la palabra. Entre los asistentes se encontraba la cúpula militar, con el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general del Aire José Julio Rodríguez.
Durante su intervención, Rasmussen ha vuelto a insistir en la necesidad de que los aliados que contribuyen a la operación ‘Unified Protector’ en el país norteafricano «comiencen a planificar» la misión que sucederá a ésta, y que deberá estar liderada por Naciones Unidas, aunque la Alianza Atlántica siga contribuyendo, especialmente en las reformas que el país deberá emprender en los sectores militares y de la seguridad. «Deberíamos estar preparados para responder a cualquier petición de ayuda», ha afirmado.
El secretario general de la organización de defensa ha reconocido que hace unos meses «nadie hubiera predecido» los sucesos que estaban por venir en el mundo árabe, pero ha asegurado que son «bienvenidos» y se ha mostrado «optimista» con los cambios que pueden permitir en la región.
Ha explicado que corresponde a estos países decidir su futuro, pero ha asegurado que la comunidad internacional debe estar preparada para acompañarles en su proceso de transición. «La OTAN puede ayudar a florecer a la ‘Primavera árabe'», ha dicho.
Rasmussen ha destacado igualmente el papel que puede tener España en el diálogo con los países del Mediterráneo y ha agradecido su «valiosa contribución» a la operación en Libia, junto a los otros 17 países que participan en la misión, que ha permitido hacer «posible» los «considerables progresos» que se han alcanzado.
RECORTES EN DEFENSA
Por otra parte, también ha aprovechado su discurso para lanzar un mensaje a toda la Unión Europea por los recortes en los presupuestos destinados a Defensa y les ha pedido que tengan en cuenta, que, aunque este sector no puede estar «al margen» de los efectos de la crisis, existe un «riesgo real» de que los aliados europeos se quede atrás en la senda del progreso tecnológico.
Como ejemplo, ha destacado que la operación en Libia ha tenido que recurrir a medios militares de alta tecnología de Estados Unidos, tales como aviones no tripulados, equipos de inteligencia y vigilancia y armas de precisión, «sencillamente porque ningún otro aliado los tenía disponibles».
Rasmussen ha explicado que su intención no es que todos los países que forman parte de la organización dispongan de todas las capacidades, pero sí que le «gustaría ver más de ellas en toda la Alianza». Por ello, se ha mostrado «preocupado» por el «bajo nivel del gasto en defensa, especialmente en Europa».
En su opinión, la solución pasa por «cambiar el modo en que se gasta el dinero en defensa» y comenzar a aplicar un concepto de «defensa inteligente». Este enfoque implica, según ha dicho, «hacer juntos lo que no podemos hacer solos», lo que permitirá «una mejor seguridad para todos», sin «gastar más dinero».
La clave está, a su juicio, en «invertir más tiempo y esfeurzo en la cooperación y la coordinación multinacional». «Muchas naciones no pueden proporcionar algunos de los equipos de alta tecnología que necesitamos, si les animamos a adoptar soluciones multinacionales, entonces podrán alcanzar capacidades juntos que no pueden afrontar solos», ha insistido.
