El editorialista José Rodríguez asegura que este presidente "es el mayor de los batracios" por no conseguir la independencia

El Día sigue con su ataque a Rivero y tilda de «lamentable» su reelección

Acusa al nacionalista de favorecer la pobreza y la hambruna del pueblo canario

El Día sigue con su ataque a Rivero y tilda de "lamentable" su reelección
Captura de la edición digital de El Día. 6 de julio 2011.

El editorialista de El Día ni olvida ni perdona. El fallo del concurso de adjudicación de licencias de emisoras de FM, que ha dejado desprovista de su emisora al grupo mediático de la avenida Buenos Aires, es la ‘motivación’ diaria del director, José Rodríguez, para agredir, verbalmente, hasta en el cielo de la boca al que ya es nuevamente presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero. Es tal la inquina hacia el político de El Sauzal que en las ediciones de papel y digital no ha tenido el menor empacho en titular de esta guisa: –Lamentable: Paulino Rivero, reelegido presidente con los votos de los socialistas-, y eso que luego la crónica se centra únicamente en lo que aconteció durante la sesión de investidura, sin aditivos opinativos.

Eso sí, en el comentario editorial, José Rodríguez saca a pasear toda su bilis –Consumatum est-.

Consumatum est. Todo está acabado. Utilizamos la traducción al latín de las últimas palabras dichas por Cristo en la cruz para decir que la desgracia de Canarias se consumó ayer en el Parlamento autonómico, con la políticamente infame investidura de Paulino Rivero como presidente autonómico. Nadie podrá reprocharnos que no hayamos avisado hasta la saciedad de esta tragedia que nos ha caído encima.

Si con cuatro años de Gobierno del señor Rivero las ciudades y pueblos canarios se han llenado de colas de hambrientos, el desempleo es diez puntos superior al existente en el país que nos coloniza, los jóvenes tienen que emigrar porque aquí carecen de futuro, los enfermos se hacinan en los pasillos de los hospitales y de los cuatro jinetes del Apocalipsis sólo falta por llegar la peste -la guerra ya la tenemos; guerra social contra el ciudadano cada día más expoliado por los políticos-, ¿qué podemos esperar en los siguientes cuatro años con este hombre, con este nefastísimo político como presidente regional? Sin duda, más hambre, más miseria, más emigración, más desesperanza en las familias, un mayor sometimiento al peninsular y al godo, un mayor servilismo en Madrid y una carencia bastante acusada de valores, porque sin nuestra identidad canaria no somos nada y, además, carecemos de dignidad.

Rodríguez acusa al presidente de cercenar la libertad de los canarios y de que se ha convertido en el mayor de los batracios:

¿Van a resolverse nuestras penurias con el señor Rivero al frente del Gobierno? En modo alguno. Nuestras penurias seguirán. Y satisfechos podemos estar si siguen igual que hasta ahora, pues previsiblemente empeorarán. No nos gusta el PP. No es nuestro partido, como tampoco lo es el PSOE, pues ambos deben obediencia indiscutible e indiscutida a sus sedes centrales que están en Madrid.

Nada podemos esperar de ellos de cara a conseguir la independencia capaz de resolver nuestros problemas. Porque con libertad podemos salir de la crisis, o no; en cambio, sin libertad, siguiendo como hasta ahora, únicamente tenemos por delante miseria y más miseria. Nos gustaba CC y confiábamos en su líder, Paulino Rivero -Claudina Morales no pinta nada, ya que sólo es un florero político- para conseguir que los canarios dejasen de ser indígenas colonizados y se convirtieran en ciudadanos respetables de un país también respetable al tener su representación propia en los foros internacionales.

Sin embargo, lo decimos un día más, los dirigentes de CC nos han salido ranas, y el señor Rivero el mayor batracio de todos ellos. Por eso, incluso siendo la cabeza visible en las Islas de un partido estatista como es el PP, no nos queda más remedio que darle la razón a José Manuel Soria cuando dice que Paulino Rivero «no responde al mandato claro, nítido e inequívoco que los canarios expresaron mayoritariamente en las urnas el pasado 22 de mayo».

Y critica el chalaneo de la voluntad de los ciudadanos en las urnas:

Por supuesto que no. Paulino Rivero ha utilizado una muy injusta Ley electoral para seguir en la poltrona favoreciendo a allegados y amigos. Qué vergüenza sentimos por el comportamiento de aquellos que dicen defender al pueblo canario. Acierta José Manuel Soria cuando dice que las urnas expresaron la necesidad de «un cambio político en Canarias». No obstante, don Paulino se pone a los ciudadanos por montera y hala, yo sigo. Viva yo caliente…

Tampoco se para en barras a la hora de calificarlo como el principal enemigo del Archipiélago:

¿Cómo es posible que el Parlamento de Canarias, reincidente en sus iniquidades políticas, haya puesto ayer el Gobierno de Canarias en manos del peor enemigo de las Islas y de sus habitantes? ¿Cómo es posible que tengamos que afrontar otros cuatro años de desastroso desgobierno porque las «señorías» autonómicas han antepuesto sus intereses y los de sus partidos a la voluntad de los canarios? Nunca habrá en el mundo una revolución más justificada que la del pueblo canario levantándose contra quienes tanto lo han oprimido y tanto le han mentido. Muchos son los que dicen que a estas alturas se ha llegado a tal grado de iniquidad, que no es suficiente con la protesta pacífica. Es preciso un proceso revolucionario que arrase la nefasta clase política que, desgraciadamente, nos ha tocado padecer. No estamos haciendo apología de la violencia. Al contrario: siempre hemos defendido el pacifismo y lo seguiremos haciendo. Sólo estamos analizando lo que puede suceder porque la gente está harta y el hambre es mala consejera.

Y no olvida el affaire de los ‘papeles’ de México, ese supuesto escándalo sobre un paraíso fiscal que tiene el presidente canario, según unos papeles de Kanarileaks y que, de momento, parecen haberse demostrado como copias, buenas, pero meras copias:

Estamos completamente seguros de que se acabó CC. Los nacionalistas bolsilleros que han caído sobre esta tierra como una plaga de langostas serán barridos del mapa político apenas concluya la legislatura que Zapatero insiste en prolongar para mantener al enfermo con respiración asistida. El pueblo está desencantado. El Parlamento debía haber esperado hasta que se completase la información de México antes de investir como presidente a quien no lo merece. El Parlamento consumó ayer su enorme error, su enorme atropello contra Canarias, contra sus habitantes. Con nuestro sufrimiento lo confirmaremos.

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