Dice que, si gana, sería el ministro de Economía de su propio gobierno
El candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha asegurado hoy, en una entrevista concedida a Antena 3, recogida por Ep, que él «sí» pondría la mano en el fuego por José Blanco, tras las acusaciones que ha realizado contra el ministro de Fomento un empresario farmacéutico de Lugo, en las que asegura que pagó por que Sanidad le concediera unas licencias.
Al ser preguntado si no cree que a la luz de las recientes revelaciones -sobre conversaciones y mensajes mantenidos con otro empresario para que le agilizaran la licencia para construir una nave-, José Blanco podría haber incurrido en un delito de tráfico de influencias, Rubalcaba consideró que se trata de un «caso electoral».
«Creo que como el tema está en manos de la Justicia y sólo conocemos algunos detalles de un empresario que está en la cárcel y cuenta no sé qué cosas, vamos a dejar que los jueces actúen».
No obstante, se mostró convencido de que la parte del «caso Campeón» que presuntamente afecta a José Blanco se trata de un «caso electoral». «Si no tuviéramos elecciones, estaríamos viendo las cosas de otra manera. Y le diré más, cuando pasen, las veremos de otra forma porque sé que José Blanco no ha hecho nada».
Si gana, será ministro de Economía
El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno ha asegurado que no ha «pensado mucho» en cuántos ministerios tendría su Ejecutivo si llega a la Moncloa, pero se ha declarado partidario de los «gobiernos cortos», con «más competencias y más coordinación».
A la pregunta de quien sería su ministro de Economía, Rubalcaba ha respondido que, «de momento», sería él mismo, y ha subrayado que, en esta situación de crisis lo habitual en muchos países es que sean los propios presidentes quienes se encargan de la política económica.
«Y así será conmigo mientras la economía esté como está», ha remachado. No obstante, luego ha añadido que tendrá un ministro de Economía «solvente, muy solvente», pero que será él quien tome «las grandes decisiones económicas, las que toma España».
Sobre su preferencia por un Gobierno «corto», ha dejado claro que más que por una cuestión de gastos -«el ministerio no es lo caro»- es porque España es un «Estado muy descentralizado y hace falta ministros que tengan visiones más amplias».
Además, ha dejado claro que no tendrá problemas en formar un Gobierno «sólido, solvente, bueno». En política exterior, ha apostado por que ésta sea «cada vez más una política exterior económica», dado que las empresas españolas «necesitan apoyo y ayuda» y el Gobierno tiene «la capacidad de echar una mano a una empresa que quiere un contrato y que no la dejan por determinadas cosas».»