¿Quién no recuerda Incosol? La clínica hotel, o al revés, de Marbella, preferida por artistas y millonarios para relajarse. Con cinco estrellas, se asienta sobre unos 50.000 metros cuadrados, cuenta con seis piscinas (cinco de ellas climatizadas), 196 habitaciones, 40 salas de masaje, 22 especialidades médicas, y equipamiento tecnológico de última generación.
El edificio central tiene 11 plantas y una base estable de negocio con unos treinta mil clientes de todo el mundo, entre los que se encuentran jefes de Estado. «El rey Fhad estuvo dos años en Incosol, si alguien fue promotor del turismo árabe fue Incosol», afirma, entre indignado y nostálgico, el empresario López Esteras, para quien el hotel es «absolutamente viable en todos los sentidos». En sus mejores momentos llegó a facturar 15 millones de euros, con 150 personas.
Pues bien, el procedimiento concursal en el que está incurso el grupo de empresas del ejecutivo andaluz José Antonio López Esteras (JALE) amenaza con llevarse por delante Incosol y dejar a todos sus trabajadores en la calle, con un incierto futuro para muchos de ellos ante la coyuntura económica actual.
Amenaza de cierre
El pasado martes, los nuevos administradores concursales de JALE informaron a los sindicatos del negro futuro que les aguarda: la insolvencia de la empresa es manifiesta y el cierre «irremediable».
En pocos días, si nada lo impide, la plantilla, unas 150 personas, conocerá un expediente de extinción de los contratos de trabajo, una vez sea presentado ante la magistrada Nuria Orellana, del Juzgado de lo Mercantil de Cádiz, que instruye el procedimiento concursal.
López Esteras ve «triste» que «el mismo día que se inaugura la Feria Internacional del Turismo, Fitur, en la que Incosol ha sido siempre una de las muchas estrellas que allí lucen al mundo entero, se conozcan datos tan lamentables».
Los sindicatos, en especial CCOO, aseguran que Incosol es viable, y que tiene salvación, como lo han tenido otros establecimientos en concurso de acreedores en la Costa del Sol. Citan el caso de Torrequebrada o Los Monteros.
Pero el que se sube por las paredes es José Antonio López Esteras, a quien la crisis ha dejado literalmente en la ruina y que ve, desesperado, como desmontan su entramado económico. El grupo Jale llegó a contar en sus mejores tiempos con más de 2.000 trabajadores, una facturación anual de 200 millones de euros y negocios en toda Andalucía. La recuperación del grupo se antoja complicada no solo por el largo procedimiento concursal (desde 2008) sino por la actual crisis.
Propuesta
López Esteras también apoya «muy buena propuesta» la convocatoria de una «urgente» reunión sindicatos, administradores y aunque reconoce que las medidas cautelares no se hayan levantado, considera que «sería bueno que a esa reunión asistiera el nuevo consejero delegado de la propiedad para alcanzar una solución a tres bandas, ya que la situación si es remediable». El empresario pide a los clientes, operadores turísticos y clientes que «confíen en que Incosol que no es solo un Hotel Medical Spa sino una institución de reconocido prestigio internacional y con 38 años de existencia, y que hará lo posible por no cerrar sus puertas».
Ha recordado que en estos 15 meses, «los administradores concursales solo fueron varias veces al hotel y se olvidaron de él, por lo que en este tiempo han caído en picado las ventas, pues además no les daban directrices a la dirección, a sus profesionales y a su plantilla, y por lo tanto nada han podido hacer».
López Esteras pide que «se acelere su tramitación a fin de solucionar este gravísimo problema» y ha anunciado que está barajando la posibilidad de interponer un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional en aras de «la tutela judicial efectiva».
Administradores concursales
Ha recordado que en estos 15 meses, «los administradores concursales solo fueron varias veces al hotel y se olvidaron de él, por lo que en este tiempo han caído en picado las ventas, pues además no les daban directrices a la dirección, a sus profesionales y a su plantilla, y por lo tanto nada han podido hacer».
Se ha mostrado «totalmente de acuerdo» con CCOO de que Incosol «es viable» y ha precisado que Grupo Jale elaboró y presentó un proyecto de viabilidad a los administradores concursales y al Juzgado, algo que «también reposa en el cajón de alguna mesa perdida».
López Esteras arremete con extrema dureza contra la jueza de lo mercantil, a quien reclama más energía y celo en la tramitación del procedimiento concursal, cuyos administradores han tenido que ser sustituidos por la magistrada tras conocerse que, al parecer, cobraron por encima de lo autorizado.
La magistrada Nuria Orellana Cano, titular del Juzgado de lo Mercantil Numero 1 de Cádiz, donde se instruye desde 2008 el procedimiento concursal del grupo matriz de empresas de Jale, tiene dificultades en su juzgado derivadas de la acumulación de procedimientos y ahora, según López Esteras, por unas obras en el juzgado que, a su juicio, pondrían en peligro la debida custodia de los documentos.
Mal estado del juzgado
El letrado Dumet Grayeb, defensor de López Esteras, ha denunciado ante el Consejo General del Poder Judicial el «patético y deplorable estado del juzgado de lo mercantil número uno con sede en Cádiz».
El letrado asegura en su escrito, al que ha tenido acceso este diario, haber vivido en su visita a las dependencias judiciales un episodio propio de una película de Almodóvar en el que expone el panorama que se encuentra en el juzgado, con albañiles, fontaneros y personal de obra trabajando entre sumarios y documentos.
La secretaria que le atiende le dice que allí «hace un mes que todo está parado». Tras reclamar ser recibido por la magistrada, el letrado afirma que la jueza le espetó: «Dígame ¿dónde puedo recibirle a usted ante este caos?» y que «si no recibiera visitas tendría más tiempo para dictar sentencias».
El abogado expone en su escrito al Consejo General del Poder Judicial que la «tremenda importancia» que tiene un juzgado de lo mercantil como el de Cádiz «que no se puede dar el lujo de que autos y recursos judiciales se dilaten» cuando en ellos están «los sueños» de muchos trabajadores y empresarios». Por su parte, el empresario López Esteras, reivindica que su grupo «es perfectamente viable» y que «ha venido aportando riqueza y empleo no sólo en la provincia de Cádiz, sino en el resto de España, e incluso en otros países de nuestro entorno».