La Dirección General de la Agencia Pública Empresarial de la Radio Televisión de Andalucía (RTVA) y Sociedades Filiales, cuya plantilla es de 1.635 personas, quiere concluir ya el proceso de incorporación de los trabajadores que obtuvieron la condición de fijos tras una reciente oposición no exenta de polémica.
Es una de las medidas que la dirección de la agencia pública tuvo que adoptar hace más de tres años para paliar el caos interno por los criterios para acceder a un puesto de trabajo en Canal Sur, todo un chollo hasta ahora, dados salarios, por encima de la media del sector.
La dirección general de Canal Sur, que ocupa Pablo Carrasco, comenzó ayer a citar a los profesionales para que se incorporen a sus plazas, actualmente ocupadas, según fuentes sindicales, por otros compañeros que han ido encadenando contratos precarios. La incorporación provocará la salida de esos otros que ocupaban sus puestos, pero los sindicatos, en especial CCOO, defienden que «existen soluciones sin que sobre absolutamente nadie».
Un largo proceso
Dice CCOO que todo lo que está pasando es «una vergüenza para la dirección, que no ha sabido o no ha querido hacerlo antes y que ha eternizado este procedimiento casi cuatro años». Y un oprobio para una dirección que quiere seguir dividiendo a la plantilla con intentos de «culpabilizar a los que entran», como si fuesen los culpables de que otros profesionales tengan ahora que irse.
Idéntica inquietud tienen en CGT, que ha sido mucho más crítica que UGT y CCOO en todo el proceso, en el que denunciaron diversas «irregularidades». CGT explica que «el objetivo era convertir en indefinidos los contratos en fraude de ley, pero no fue eso lo que sucedió, ni el fraude de ley fue el único criterio utilizado», ya que se añadió «el de antigüedad». CGT denuncia que «en ningún momento se tuvo cuenta el orden de las bolsas de trabajo».
Canal Sur, ante el caos laboral interno, inició en 2008 un proceso de «regularización» para hacer indefinidos a más de 180 profesionales en tres fases, todo ello tras un acuerdo entre los sindicatos y la agencia pública mediante el que se crearon 80 plazas «con el visto bueno del consejo de administración», según CCOO, y con el objetivo de «estabilizarlos convenientemente, sin necesidad de judicializar los conflictos».
Criterios muy discutibles
La sorpresa sindical es que la dirección de Canal Sur «al parecer sin información y sin negociación con los representantes sindicales», otorgó «posteriormente a algunos de estos trabajadores códigos de plazas de oposiciones (que salieron sin identificación alguna), de forma irregular y claramente discriminatoria».
Todo un enredo laboral que puede provocar protestas una vez se vayan produciendo las incorporaciones de quienes obtuvieron sus plazas en el concurso libre. El conflicto está servido en plena precampaña electoral y tras las afirmaciones del número 2 del PP, Antonio Sanz, de que habrá que dimensionar la plantilla y el funcionamiento del canal público.
Según informa la sección sindical de CCOO en la RTVA, «las plazas de oposición salieron sin códigos». Denuncia que los trabajadores contratados, indefinidos en muchos casos, «tampoco tenían códigos atribuidos a pesar de llevar entre nosotros más de 8 años. Es a finales del 2009 y 2010 cuando la dirección empieza a darles códigos, arbitrariamente, sin negociación, ni acuerdo sindical, y discriminatorios ¿quién ha decidido dar códigos de las plazas de oposiciones y porqué?», se pregunta el sindicato, que lamenta que el actual director no haya asumido «el compromiso del anterior director, Rafael Camacho, de que las oposiciones no supondrían la salida de nadie, en ningún caso».
Comisiones Obreras dice que es «falso» el argumento de que «si entran 40 de la calle se van 40 de dentro porque estos compañeros ya estaban trabajando antes de las oposiciones, por necesidades de la producción, encadenando contratos, de manera fraudulenta».
