«Se trata de salvar al soldado Griñán», bromea un curtido socialista gaditano cuando se le pide su opinión sobre la situación interna del PSOE.
La realidad es que no hace falta indagar mucho para constatar que el proceso de primarias que viven los socialistas andaluces para elegir a su próximo secretario general (o secretaria) ha provocado que aflore la verdadera guerra, que no es otra que la derivada del claro enfrentamiento de la vieja guardia pretoriana de Chaves, Pizarro y Zarrías y las huestes de Griñán, lo cual no deja de ser irónico porque el actual presidente ‘heredó’ el cargo de Chaves y también la secretaría general del partido.
Aunque algunos de sus estrechos colaboradores no ocultan sus simpatías por Chacón, el presidente andaluz no se pronuncia ni piensa hacerlo. «En la posición institucional que me han situado tendré mi corazoncito pero no lo diré públicamente», dice el presidente, que piensa mantener su neutralidad hasta el congreso.
«La culpa de todo la tiene Griñán», afirma otro socialista andaluz, sabedor de que será descabalgado de las listas el próximo 25M. Y explica que si el presidente, nada más acceder la secretaría general y, por tanto, al control del partido, hubiera cambiado las estructuras periféricas de la Junta a conciencia, «otro gallo le hubiera cantado».
Cádiz, la resistencia
El ejemplo más claro se ha dado en Cádiz, donde el presidente solo se ha atrevido a cambiar al delegado del Gobierno andaluz, pero ha sido incapaz de ‘tocar’ a los delegados provinciales, verdadera guardia de corps del ex consejero Luis Pizarro, de Chaves y del actual secretario general del partido, y flamante diputado, Francisco González Cabaña. Tras victorias anteriores, la debacle sufrida por el PSOE en Cádiz ha sido épica y ha puesto en las manos del PP la Diputación Provincial, un formidable instrumento de presión e influencias, sobre todo en pequeñas poblaciones.
Curiosamente, tanto Carme Chacón, como Rubalcaba, mantienen un trato exquisito con Pepe Griñán. La primera valora el «trato impecable» que el líder de la federación andaluza, «está teniendo en el proceso congresual» del partido, al tiempo que ha puesto el acento en que «lo importante no es de quién es» él, sino que tanto ella como Alfredo Pérez Rubalcaba «somos de Griñán».
Salvar al soldado, evitar una derrota pregonada por las encuestas a manos de Arenas, que se presenta por cuarta vez a los comicios andaluces, es el objetivo. Resulta evidente.
Preguntada por si cuenta con el apoyo del líder de los socialistas andaluces, Chacón se limita a señalar que habla con él «constantemente», como imagina que hará Rubalcaba. La ex ministra opina que al día siguiente del congreso habrá «un partido más fuerte, unido y con más prestigio social» y todos los socialistas de España van a trabajar «para que Andalucía pueda salir por la senda correcta, a diferencia de las recetas de los conservadores en Europa y de Mariano Rajoy».
La ex ministra Carmen Calvo, en un artículo publicado en la prensa cordobesa dice que a su entender, los resultados tan rematadamente negativos del 20 de noviembre hacen de Chacón que «pueda y deba ser el relevo, y que las propuestas y visión que tiene del partido sean una expectativa interesante y viable para trazar otra ruta».
Elección de candidatos
Pero nada más concluir el congreso, Griñán podrá comprobar si manda o no en el PSOE andaluz porque en pocos días debe terminar la confección de las candidaturas al Parlamento andaluz, sobre las que nadie se atreve a hacer pronóstico alguno. Lo único que sabe Griñán es que será la estrella en el congreso, porque si pierde las elecciones, el drama será colosal para los socialistas, después de treinta años instalados en el poder, por decisión popular pero también por haber creado una enorme red de intereses que ahora actuará, a buen seguro, como un ejército leal.
Griñán estará arriba: El secretario general del PSOE-A y presidente de la Junta de Andalucía, presidirá el 38 congreso federal del PSOE que se celebrará de los días 3 a 5 de febrero en Sevilla y cuyo lema será ‘La respuesta socialista’.
Todo lo relacionado con la organización del Congreso se está pactando con los equipos de los dos precandidatos a la secretaría general, Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, muy satisfecho porque los militantes socialistas han aprobado unas 16.000 enmiendas a la ponencia marco del Congreso, la mitad de ellas sobre el modelo de partido.
El asunto más enmendado es el relativo a la elección del secretario general, con un total de 189 enmiendas que piden que se elija en votación directa (primarias). Y eso a Griñán, en privado, no le parece mal.
El secretario de organización del PSOE, Marcelino Iglesias opina que el proceso congresual «ha despertado interés, no sólo porque en el 38 Congreso se va a elegir a un nuevo secretario/a general y una nueva dirección», sino que también ha suscitado «un gran debate en profundidad entre todos nuestros militantes» sobre «nuestro momento político»; sobre «nuestro momento en economía, en las dificultades que suscita la crisis en el sostenimiento del Estado del Bienestar» o sobre «el funcionamiento y la calidad de nuestra democracia», también «sobre la mejora del funcionamiento democrático de nuestro partido».
Según Iglesias, prácticamente el 50% de las enmiendas pertenecen al capítulo de Modelo de Partido. El resto se centra en políticas sociales, económicas, institucionales o perfeccionamiento de nuestro sistema democrático. Entre las cuestiones más enmendadas, Iglesias ha citado: los modelos de elección del secretario general y de la ejecutiva; la elección de los órganos de control, la limitación de mandatos, el voto a los 16 años, o la preocupación por el medio ambiente y la sostenibilidad, así como las medidas para salir de la crisis y para crear empleo, sobre todo, entre los jóvenes.

