El hotel donde el PSOE celebra el 38 Congreso Federal para elegir a su líder se llama Renacimiento. Pero el cónclave no busca eso, sino sobrevivir al enorme golpe sufrido en las últimas elecciones generales. Y además, el comentario más común en los pasillos del PSOE es que ni Chacón ni Rubalcaba serán los candidatos a la presidencia del Gobierno.
El ambiente no es de alegría, pero se aplaude con ganas. «Una oposición útil es una oposición firme, compañeros», les dice Chacón, para quien el PSOE debe hacer su trabajo todos los días «en coalición con la sociedad» y, pone énfasis, «en especial con la UGT». La candidata dice alto y claro que el PSOE «apoyará la movilización social de quienes se resisten a las reformas de la derecha», aunque dos segundos después insiste que en su oposición será «seria» pero de «alternativa». Reclama Chacón una misma posición para toda España.
No quiere Chacón interinidades y Rubalcaba reniega de proyectos personalistas. La candidata tiene palabras para Griñán y para el «granero» andaluz: «cualquier proyecto que haya en España deberá contar con el talento y la experiencia de nuestros compañeros de Andalucía», palabras de agradecimiento hacia el actual secretario general del PSOE-A, Pepe Griñán, que ha aparentado una «neutralidad activa» pero cuyo equipo, sin complejos, ha apoyado más a Chacón que a Rubalcaba. Es un secreto a voces.
No obstante, Rubalcaba ha guardado las formas, aunque brillen las navajas políticas bajo las chaquetas. El candidato a la Secretaría General del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba ha garantizado este sábado, durante su intervención ante el plenario del 38 congreso federal para pedir la confianza de los delegados, que, a partir del lunes, será el «primer activista», desde la «mañana a la noche», en favor de la victoria electoral de los socialistas en las elecciones andaluzas que se celebrarán el 25 de marzo.
Rubalcaba ha querido dejar claro que trabajará por ese objetivo sea cual sea el resultado del congreso federal. Convencido de la victoria del PSOE-A en esos comicios, el candidato ha pedido un esfuerzo a todos los socialistas para explicar a los andaluces que ese día tendrán que elegir entre dos modelos de liderazgo, es decir, entre la «solvencia» de José Antonio Griñán y la «inconsistencia» del presidente del PP-A, Javier Arenas. En su opinión, se trata de elegir entre un proyecto para Andalucía, que sí tiene Griñán, y un proyecto para «ganar el poder en Andalucía», cosas que son «bien distintas».
Todos con Pepe
«Estamos todos con vosotros, Pepe, como siempre, pero ahora más que nunca y confiamos en vosotros como siempre, pero ahora más que nunca», ha trasladado Rubalcaba a Griñán, recordando que el PSOE de Andalucía no es solo un gran partido andaluz, sino que es el «corazón y la columna vertebral del Partido Socialista, eso es el PSOE de Andalucía».
Para Rubalcaba, este 38 congreso federal es un ejercicio «de confianza de los socialistas de toda España en los socialistas andaluces, por vuestro, éxito, trabajo y esfuerzo y por vuestro futuro». Asimismo, ha resaltado que la gestión del Gobierno de Griñan evidencia que las cosas se pueden hacer de «otra manera» en estos momentos de crisis económica.
Ha puesto en valor la gestión de un Gobierno andaluz que está afrontando la situación de una manera «solidaria», sin dejar a nadie «tirado en la cuneta», y que reparte el esfuerzo de manera equitativa y justa. Las citas electorales del 25 de marzo en Andalucía y Asturias, según Alfredo Pérez Rubalcaba, van a ser el primer paso de la recuperación del poder socialista, manteniendo el Gobierno andaluz y logrando el asturiano, una tierra en la que la derecha ha puesto sus «intereses, amores y odios» por encima de los intereses de los asturianos, según ha apuntado.
