Siendo Cataluña la comunidad más caínita de España no se atisba en el horizonte que Carme Chacón pueda volver a la política autonómica en breve. Tampoco lo tendrá fácil a nivel nacional pero esto será cosa de sus aspiraciones algo más a largo plazo (¿quizá las elecciones generales de 2015?).
La prensa en Cataluña ya ha tomado posiciones rápidamente y, como suele ser habitual en estos casos, es más fácil estar cerca del poder político (aunque sea de oposición) que en el duro invierno –haciendo oposición de la oposición en el grupo parlamentario– que le espera a los que apoyaron a Chacón.
La Vanguardia, especialista en respaldar al poder, antes y ahora, tal y como recogía Periodista Digital solo unas horas después del congreso del PSOE —La ofensiva in extremis de González y Guerra dio la victoria a Rubalcaba— ya estaba dándole a la del PSC –poco importa ahora que 24 horas antes de la elección el mismo cronista apostase por la de Esplugas– y elogiando el trabajo sucio del nuevo secretario general de los socialistas.
Así, José Antich, el domingo 5 de febrero de 20120, en su espacio diario como director de La Vanguardia y bajo el título El hombre que no se asustó defendía a Rubalcaba:
«Un candidato a quienes muchos daban por seguro perdedor ante el ruido ensordecedor de una amalgama de intereses que iban desde Zapatero, que quería perpetuar su obra con pies de barro, a un imprudente Griñán, coqueteando con la aspirante en busca de un revulsivo a su desastrosa gestión en la Junta de Andalucía ahora que se acercan las elecciones. Rubalcaba ha plantado cara casi en solitario -¡qué caray, ha estado más solo que la una!- a descalificaciones personales como que era viejo para liderar el PSOE, que representaba el pasado e incluso que era aburrido. Tres puñales bien ensayados en el laboratorio de la aspirante que, falta de programa, ha buscado el cuerpo a cuerpo y no el debate de las ideas».
Y cargaba a Chacón –y a Pere Navarro, líder del PSC– la resonsabilidad de desestabilizar el PSOE de Andalucía a pocas fechas de las elecciones autonómicas:
«En condiciones normales hubiera sido un congreso del 65% de Rubalcaba frente al 35% de Chacón: la mayoría de la organización frente a los descontentos. ¿Qué ha pasado entonces? Básicamente que el PSC, rompiendo su histórica neutralidad en todos los congresos del PSOE, apostó en bloque por la catalana e hizo bandera de ello y de paso desestabilizó Andalucía. Mal comienzo para Navarro, pésimo final para Griñán».
MITINERA FRENTE A INTELIGENCIA
Para Antoni Puigverd, patrominio del Grupo Godó, es decir también en La Vanguardia –en un artículo titulado Un choque de tenis, o casi–, la aspirante, en su «mitin», que no discurso, ante los delegados del congreso del PSOE apenas exhibió una caricatura «meramente cinematográfica» y radical:
«Chacón dejó claro que situaría el PSOE en un extremo, al frente de las manifestaciones. Encarnaba el alma largocaballerista que resucita cuando el PSOE pierde el norte, es decir, cuando está muy lejos del poder».
Eso sí, el PSC estuvo a punto de hacerse con el poder del PSOE. Y eso «a pesar de haber convertido en irrelevante a su partido» en Cataluña y Barcelona, tanto a nivel autonómico como local.
El panegírico vanguardista se completaba con una doble página a todo color y figura de Rubalcaba –relegando a Chacón a simple figura del futuro lejano– al que le atribuían «la transición inteligente» que necesita el PSOE (frente al La fórmula química del ave fénix que le dedicó el diario del Grupo Zeta para biografiar al vencedor); el mismo titular con el que editorializaba: Gana la inteligente madurez, y en el que enviaba un mensaje a la dirección del PSC:
«El PSC deberá reflexionar sobre el paso en falso que acaba de dar y algunos de sus exponentes aprenderán a ser más prudentes antes de descalificar a los medios de comunicación independientes que no loan con incienso todas las apuestas tácticas de la calle Nicaragua. Han ganado la seriedad y la madurez. Ha ganado la inteligencia».
TRAVESÍA DEL DESIERTO… PARA EL PSC
Al otro lado de la calle, El Periódico –cada vez más controlado por el sector nacionalista del PSC– asumió la derrota de su candidata. Y puso encima de la mesa, desde su editorial El PSOE que pilotará Rubalcaba, una seria advertencia a los dirigentes socialistas de Cataluña:
«Para el PSC, cuya dirección apostó por vez primera por uno de los candidatos a liderar el PSOE en vez de repartir el voto entre los diferentes aspirantes, la victoria de Rubalcaba no es buena noticia. Ni siquiera para los miembros de la llamada ala catalanista del partido que, tras ser derrotados en el último cónclave del PSC, se dejaron abducir por el pensamiento único nacionalista, apostando por el cuanto peor mejor. […] Si el socialismo catalán aspira de verdad a tener en el Congreso la voz propia que demandó en el cónclave de diciembre, la batalla se atisba ardua»
Antón Losada, que coincide con Puigverd en que la catalana dio un «mitin», en un texto titulado La importancia del orden y la claridad acepta que Rubalcaba jugó mejor que Chacón sus bazas en el congreso, aunque no le gustó ninguno de los dos:
«Ninguno acertó con una intervención que […] le confirmara como la mejor opción para ambos roles. Así que solo podía ganar quien se hubiera equivocado menos. Y ese resultó ser Rubalcaba. Seguramente no perdió ni un solo apoyo con su alocución, mientras que con la suya Carme Chacón no sumó ni uno solo de los votos que necesitaba. No supo aprovechar su oportunidad y Rubalcaba simplemente no falló».
La periodista de la casa de Zeta, Neus Tomàs, dedicó su columna a retratar el sentimiento de los 101 dálmatas del PSC –en referencia a los delegados catalanes– que, demostrando que Montilla tenía razón, en el PSC, entre PSOE o Cataluña, es decir, entre socialismo o nacionalismo, prefieren lo segundo:
«No es ningún secreto que, aunque sean los menos, en el PSC también hubo quien respiró más tranquilo. Incluso los chaconistas entregados reconocían, a pesar de la desilusión, que ahora tendrán menos «hipotecas» con el PSOE. Pero nunca como hasta ayer, los socialistas catalanes habían estado tan cerca de influir de verdad en el PSOE».
Y augura una tarea complicada para el PSC a partir de ahora:
«La tarea de reconciliación que les espera tampoco es nada fácil, sobre todo si al final Chacón decide dar la batalla de las primarias para ser la candidata a las generales . En su caso la ventaja es que ya se conocen».
CONTRA CHACÓN Y PRESIÓN AL PSC
La prensa digital también aprovechó el momento para pasar cuentas a Chacón. Pero sobre todo al PSC. Y exigirle a este partido que rompa de una vez por todas con el PSOE y se eche a los brazos, definitivamente, del nacionalismo.
En un editorial —Y gana Rubalcaba–, el convergente El Singular Digital calificó de «fouché» al ganador del congreso del PSOE y –en una treta típica de CiU, que intenta llevar siempre al PSC hacia el nacionalismo– dejó en el aire una pregunta al PSC, que considera más débil tras la derrora de Chacón:
«La decisión es de gran trascendencia para los socialistas catalanes, similar a la que habría significado una victoria de Chacón. Rubalcaba ya ha dejado claro que centralizará el PSOE con una voz única, como un partido nacional español, de un estilo más parecido al del PP. El PSC lo acabará notando tarde o temprano, porque es evidente que a partir de ahora Ferraz intentará tomar todas las grandes decisiones estratégicas, también las de los socialistas catalanes. El PSC ha de decir cómo encaja todo lo ocurrido, y más teniendo en cuenta que la apuesta del aparato de los socialistas catalanes a favor de la ex ministra ha fracasado».
Jordi Palmer –que acaba de dejar El Punt Avui y ha fichado por Nació Digital— escribía en su nuevo diario:
«Una victoria de Chacón, que no era imposible, habría significado la disolución definitiva de un PSC que se habría convertido en una federación más del PSOE, incapaz de mantener la habitual ambigüedad que les permite a la vez mantener criterios propios en Cataluña y hacer blouque con el PSOE en Madrid».
El periodista, en el texto, titulado ¿Y ahora qué, PSC?, se pregunta por la «incognita» que hará convivir al PSC con «el liderazgo de Rubalcaba» y «si serán capaces de mantener la ilusión de un discurso propio», es decir, más cercano a CiU que al PSOE, o «se rendirán una vez más a los designios de Madrid».
El director de E-notícies, Xavier Rius, en un artículo cuyo titular es suficientemente elocuente: El PSC siempre pierde, expresa la disyuntiva con la que ha vivido el aparato del PSC desde que Chacón confirmó que pelearía por la dirección del PSOE:
«La victoria de Rubalcaba es una mala noticia para el PSC, que casi unánimemente había apostado por Chacón; pero la victoria de Chacón también hubiera sido una mala noticia para el PSC. Tengo la sensación de que la ex ministra solo ha utilizado el partido como trampolín para sus aspiraciones personales -legítimas en el caso de una política-, pero personales al fin y al cabo».
Finalmente, el director de Vilaweb y ex de TVE, el valenciano Vicent Partal recomienda a Chacón volver al ámbito municipal… a Olula del Río:
«Ahora, para Carme Chacón volver a Cataluña no será fácil. Y no lo será porque sería poner a los socialistas catalanes en una posición que no se pueden permitir: contra el nuevo secretario general. Tampoco lo será porque en esta campaña ella ha menospreciado a su país [por Cataluña] de una manera insólita. Tanto que incluso militantes socialistas le han echado en cara el numerito de Olula del Río: el gesto de hacerse perdonar que es catalana. Pero. bien visto, este podría ser un futuro brillante: ¿cómo le irñia una alcaldía?».