Estaba anunciado. El PP de Cataluña se lanza a los brazos de CiU sin que los nacionalistas renuncien a una sola de sus propuestas iniciales ni incumplan su programa electoral —Sánchez-Camacho le baila el agua a CiU pese al «no» de Mas y Duran en la investidura de Rajoy–. No pueden decir lo mismo los populares, que permitirán que la Generalidad de Cataluña gestione en 2012 un presupuesto cargado de partidas para la construcción nacional.
Este martes –14 de febrero de 2012–, CiU y PP cerraron el acuerdo por el que Alicia Sánchez-Camacho permitirá a Artur Mas seguir gobernando la Generalidad. Los únicos puntos en común entre las dos formaciones son los relativos a la economía y en esta se basa el pacto entre populares y nacionalistas.
Así lo ha dejado claro CiU. No renuncian a nada. El PP no logra que se gaste menos dinero en independencia y no cumplirán las sentencias de los tribunales que obligan a la Consejería de Enseñanza a aplicar el bilingüismo en las escuelas de Cataluña. Estos dos aspectos, fueron bandera del PP durante la campaña electoral de 2010, que llevó a Artur Mas al Gobierno autonómico.
DINERO PARA LOS PROYECTOS INDEPENDENTISTAS
Francesc Homs (CiU), portavoz de la Generalidad, lo ha dejado muy claro, CiU no renuncia a su agenda independentista. Seguirán los proyectos de ley como el de consultas populares, la reforma del Código Civil catalán, la ley electoral, la legislación sobre el mundo local o el concierto económico —CiU chantajea al PP: o concierto económico o desafío a la democracia–.
El acuerdo entre CiU y PP compromete a la Generalidad a impulsar en este ejercicio normas como una ley de emprendedores –en la línea de la que impulsará el Gobierno del PP–, una para fijar un techo de gasto no financiero antes de la presentación de los presupuestos y otra de transparencia sobre empresas y entidades que reciben dinero público.
La actitud CiU, tanto desde el Gobierno autonómico como desde el grupo político, contrasta con la manifestada por la presidenta del PP de Cataluña y senadora, Alicia Sánchez-Camacho, que ha exhibido músculo, y, pese a descartar cualquier pacto estable con CiU, ha subrayado que considera «determinante» el papel que juega su partido en la política autonómica. Si bien es cierto que CiU puede aprobar cualquier ley con PSC o ERC, además de los populares.
«Si a alguien le molesta que el PP sea determinante, que empiece a enterarse de que el PP es decisivo en Cataluña y determina la política catalana», ha rematado, destacando que han sido los socios de CiU en sus leyes más relevantes, como las cuentas de 2011 y de 2012. Eso sí, sin una sola contraprestación en materia identitaria.
DEL PACTO DEL MAJESTIC AL PACTO DEL NERI
El documento firmado por la Generalidad, CiU y PP contempla diez puntos: leyes para la promoción económica; una nueva reducción del 25% del sector público; más ayudas a los ayuntamientos; construir equipamientos educativos y sanitarios; mantener ayudas a centros especiales de trabajo de iniciativa social; un aumento a 50.000 euros de la partida para atender víctimas del terrorismo; reducir el impacto de varias tasas y del canon del agua; el cumplimiento de los acuerdos presupuestarios de 2011 y una mayor dotación a los Mossos.
Para su seguimiento, las tres partes crearán una comisión para controlar que se cumple lo firmado. Tras cerca de dos meses, el acuerdo se ha cerrado en el céntrico Hotel Neri de Barcelona, en el que los equipos negociadores han permanecido hasta pasadas las 3 de la madrugada –ya del martes 14 de febrero– del Día de San Valentín.
A esta última cita han acudido Francesc Homs, por parte de la Generalidad, Oriol Pujol, Jordi Turull y Ramon Espadaler (de CiU); y Jordi Cornet, Enric Millo y Santi Rodríguez (del PP).