«Una hija le dijo a su padre, aficionado taurino, después de la prohibición: ‘Jaume, cada día me siento menos de casa’. Yo también pruebo de reflejarme en mi país y ya no me encuentro». Así de gráfico se ha expresado Salvador Boix, músico y apoderado del matador José Tomás, para protestar por la situación que se vive en Cataluña.
Menos de dos meses después de la entrada en vigor de la prohibición de las corridas de toros en Cataluña —Murió la Cataluña taurina (oficial)–, Boix recuerda que el año 2012 ha empezado con malas noticias para los ciudadanos pero sobre todo por la mala gestión de los políticos, a los que acusa de incrementar el coste del gasto público en malas decisiones:
«El Aeropuerto de Lérida, la broma pesada de Spanair y la prohibición de las corridas de toros tienen dos cosas en común: cuestan una millonada y son inversiones públicas de carácter estratégico de país».
«AHORA SE REPARARÁ ESTE AGRAVIO»
¿Por qué cuesta una milllonada la prohibición de las corridas de toros? Lo explica Boix en un artículo publicado en Nació Digital —La hora de la verdad— y lo hace a partir de la decisión del ministro de Cultura, Educación y Deporte, José Antonio Wert (PP), que ha señalado que apoyará a la tauromaquia:
«Desde Cataluña algunos han puesto el grito en el cielo: ¡Dónde se ha visto este tipo de prioridades españolas mientras aquí recortamos y no paramos! Se hace saber a los escandalizados que tras 400 años de historia sin que la tauromaquia recibiera ni un real del erario público catalán, ahora se reparará este agravio y Cataluña también invertirá en tauromaquia. Desde el Gobierno de Madrid y desde la Generaldiad».
Según el apoderado de Tomás, «los toros, tras años de contribución con impuestos a las arcas públicas y de generar puestos de trabajo e ilusiones a un buen número de ciudadanos, pasarán a costar dinero directamente al contribuyente catalán».
Esto será así por las indemnizaciones que la Administración autonómica deberá entregar a los damnificados por la prohibición de las corridas de toros en Cataluña —Prohibir los toros podría costar 300 millones de euros a Cataluña–. «Quizás se pensaban que la estrategia nos saldrá gratis. Pero ahora se acerca la hora de la verdad, la de reparar los daños colaterales», ha indicado Boix, que ha recordado que todavía se puede pactar «una moratoria a la prohibición efectiva».
«ESCUPIR EL CAVA»
En caso de no hacerlo, la Generalidad deberá ir preparando «una partida presupuestaria para indemnizar a los abyectos perjudicados» por la decisión del Parlament —La clase política catalana entra a matar a las corridas de toros–. «Son unos cuantos, además del pobrecito Balañá, propietario de la Monumental», ha añadido Boix.
Así, ha exigido a los gobernantes de la Generaldiad que expliquen a los ciudadanos «qué costará esta otra broma estratégica de país». De esta manera, indica Boix, «sabremos cuántos quirófanos y escuelas se podrían hacer con este dinero de todos».
Finalmente, cuenta lo que le pasó por la cabeca con la llegada del año nuevo:
«Llegó el 1 de enero de 2012 y no sabía si tenía que brindar por el año nuevo o si tenía que escupir el cava porque a partir de aquel día dejaba oficialmente de ser parte de mi propia cultura. Decidí alzar la copa para celebrar que, por razones estratégicas de país, el Gobierno [de la Generalidad] invertirá una millonada en los toros (ahora que están prohibidos)».