Se merece una comisión de investigación "made in Galicia"

El lenguaje ‘Camorra’ de la Operación Campeón asquea a los gallegos

El Parlamento gallego no puede lavarse las manos

Galicia está en cinta. Mejor deberíamos decir en cintas que circulan por las redacciones de periódicos de papel y digitales esparcidos por los cuatro puntos cardinales de España.

En cualquier rincón del Estado hay un español que ha desayunado estas últimas mañanas con conversaciones de ex ministros, de ex conselleiros, de ex cargos públicos de la Xunta, de ex parlamentarios y de empresarios gallegos que deberían herir la sensibilidad del respetable público.

Ya no es lo que dicen, sino cómo lo dicen. Ese lenguaje soez, estilo «Camorra» napolitana, que revuelve los estómagos de los seres humanos de buena voluntad y les obliga a susurrar, antes de irse a sus trabajos o a las colas de las oficinas de empleo de sus respectivos distritos: ¡en qué manos estamos!

Galicia está embarazada de la «operación Campeón», y todos los partidos políticos con representación parlamentaria en una situación francamente embarazosa.

Lo que decida la Justicia pasa a un segundo plano. Si los jueces colocan su dedo pulgar hacia arriba o hacia abajo, a medida que se vayan dictando las sentencias de Pepe Blanco, de Fernando ídem, de Cobián, de Orozco, de Varela de Lima, de Dorribo, de Salustiano Mato, ya sólo tiene importancia en sus respectivos antecedentes penales.

Pero nunca serán ya inocentes. Han practicado el juego sucio, bajo el invisible paraguas de ése caldo de cultivo de la impunidad, y es posible que la Justicia los absuelva, incluso que la opinión publicada olvide, pero da la sensación de que el pueblo gallego no está dispuesto a perdonar.

Esas conversaciones clandestinas, sucias, avariciosas, degradantes, se van a quedar archivadas para siempre en el disco duro de los gallegos. No importa que intenten desviar la atención del personal hacia los ERES de Andalucía, los trajes de Camps, la trama Gurtel, el feo asunto de Invercaria o las maniobras orquestales en la oscuridad del Palau de la Música.

Lo que en la actualidad mantiene revueltos los estómagos de los gallegos es el contenido y el continente de las conversaciones entre los imputados de la «Operación Campeón».

El asco recorre la geografía del noroeste español. Y, probablemente, la urgencia popular de poner en orden el déficit, la urgencia socialista de volver a cotizar al alza en la bolsa electoral y la urgencia nacionalista para negociar los acuerdos de su divorcio, no permite a ninguna de las fuerzas políticas gallegas reparar en lo importante: el Parlamento de Galicia no puede lavarse las manos ante un asunto que deslegitima a gobernantes, cargos públicos y parlamentarios de todas las fuerzas representadas en el hemiciclo. No puede mirar hacia otro lado y dejarle el marrón a la Justicia.

La «operación Campeón» se merece una comisión de investigación «made in Galicia». Pero no como un mero trámite, sino como quimioterapia contra ese gran tumor detectado en Lugo, que deja en los gallegos la duda metódica de si no se habrá expandido en metástasis.

Con los mayores respetos a Pilar Rojo, considerada unánimemente como una gran presidenta, esta Galicia avergonzada le agradecería que tomase la iniciativa y convocase a todas las fuerzas parlamentarias a un higiénico proceso profundo de desintoxicación.

Para darle ánimos, Periodista Digital le invita a repasar algunas de las «ejemplares» y exquisitas conversaciones que se han extraído del sumario. Deseamos encarecidamente que no revuelva el estómago de la señora presidenta.

Conversación entre el entonces máximo responsable del IGAPE y Jorge Dorribo.

Joaquín Varela. Soy Joaquín Varela, el director del Igape, ¿puedes hablar?

Jorge Dorribo. Sí

JV. ¿Así, hablar como un poquito bajo?

JD. Sí, sí, (…)

JV. Yo estoy continuamente encima del asunto, intentando entender qué es lo que pasa, bueno, ya hicimos un esfuerzo en su día para aprobarlo.

JD. Sí, (…)

JV. Yo lo que quiero es de alguna manera, eh, yo les presiono [a los técnicos] para que lo saquen adelante, pero, digamos, estaríamos corriendo un riesgo un poco tonto.

JD. Si.

JV. Te cuento cuál es el problema, en su día nos presentásteis las facturas por la compra de [la maquinaria para conseguir la subvención] (…) Necesitamos que un tasador nos diga que vale esto porque sino, hostia, cualquiera nos saca los colores, o sea que eso nos lo revisan (…) porque puede pasar que pasado mañana vengan aquí y nos auditan hasta cinco entidades distintas, joder.

JD. (…) Yo hablo con el tasador para que ponga como tú me estás diciendo, me entiendes.

JV. Vale, yo, lo importante es que no haga referencia a una factura, que es lo que nosotros queremos desmontar.

Conversación entre los empresarios José Antonio Orozco y Jorge Dorribo

José Antonio Orozco: El Blanco me ha cerrado la reunión para el 1 de diciembre, y me dice: ¿‘Vas a venir con alguien o vas a venir solo?’. Y le dije yo: ‘Pepe, joder, yo voy como tú me digas, esto, la persona con la que estamos desarrollando esto es Jorge Dorribo de Lugo, pero claro, dice, oye, no hay ningún problema, al contrario, encantado de que venga, pero prefiero que vengas solo que quiero comentarte un tema’.

Jorge Dorribo: Pues vale.

José Antonio Orozco:. La cuestión es que yo, lo que le voy a explicar claramente es lo (…) del Sigre pues… El tema ya sé yo cuál va a ser que es poner.

Jorge Dorribo. Sí.

José Antonio Orozco: La gallina para el asunto de las municipales, a ver si me entiendes, que eso… ¿me sigues?

Jorge Dorribo:. No hay problema, no hay problema, tú por eso sin problema, lo que sí es importante, joder, que él en eso se moje porque, macho eso es la hostia, que todo lo demás no son migajas, no, pero hostia ese es el gran negocio (…) y ahí tú dile, te pongo los municipales y te pongo el alcalde que tú me digas cabrón.

José Antonio Orozco. Exactamente.

Conversaciones entre el entonces Ministro Blanco y el eternamente presente Orozco

En la exposición razonada que la juez San José remitió al Tribunal Supremo al apreciar indicios de delito en la actuación del exministro, la magistrada afirmaba que las investigaciones «hacen suponer que la obtención del préstamo ante el Ministerio de Economía habría pasado por la intermediación de José Antonio Orozco con José Blanco».

La reunión entre Orozco y el hoy diputado socialista había tenido lugar el 1 de diciembre de ese mismo año en la sede del Ministerio de Fomento, según otra de las conversaciones intervenidas por Vigilancia Aduanera, en la que el empresario le comenta el resultado de la misma a otro de los implicados en la «operación Campeón», Carlos Monjero.

«Acabo de salir de aquí, de entrevistarme con nuestro amigo y le dejé el tema del banco, esto es el Banco Europeo de Inversiones», dice Orozco, que agrega: «Mañana ya se lo lleva a Economía él».

Al día siguiente, Orozco dejó un mensaje en el buzón de voz de Dorribo en el que le dice: «La reunión fue muy bien y el asunto del Banco Europeo de Inversiones ya se traslada hoy a Economía».

Según la transcripción de la charla del 30 de diciembre, Orozco también preguntó al exministro cómo podía entrar en contacto con el alcalde socialista de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), Jaume Bosch, ya que estaba interesado en instalar una planta en esa localidad.

El empresario dice que ya ha firmado el contrato y que el proyecto supondrá la creación de 400 puestos de trabajo, pero que los técnicos de Sant Boi le están «volviendo tarumba».

«¿El alcalde es nuestro?», pregunta Blanco, que después de recibir la confirmación de que Bosch pertenece al PSC se compromete a concertar una cita para Orozco: «Te hago una gestión y te recibe (…) No hay ningún problema»

Por muchas tareas legislativas que le aguarden al Parlamento de Galicia, los ciudadanos agradecerían que sus señorías hiciesen horas extras para despejar el «puré de guisantes» que se ha instalado en la política gallega.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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