El gasto desmesurado de TV3 en productoras externas, todas controladas por trabajadores o ex trabajadores de la televisión autonómica pública de Cataluña, traerá cola mediática —Mediapro y y las empresas de Toni Soler hacen caja en el tinglado de TV3–. De entrada, el siempre outsider Salvador Sostres se despacha a gusto el 13 de marzo de 2012 en un post en su blog.
Sostres –que fue colaborador del diario Avui, donde coincidió con alguno de los que ahora critica– titula su apunte con una cantidad: 25 milions d’euros (25 millones de euros). Hace referencia al coste («cifras hiperbólicas») de lo que se llevan las empresas de los «diferentes accionistas, columnistas y directores del Ara» a través de sus productoras. Son los Antoni Bassas (corresponsal en Washington), Toni Soler, Carles Capdevila, Albert Om y Xavier Bosch.
El columnista de El Mundo, además, cierra el círculo de su crítica con una conclusión que vendría a explicar el porqué de estos contratos millonarios: el director del Ara, Carles Capdevila, dejará el cargo «el próximo mes de junio» para que la dirección del diario la ocupe… Mònica Terribas, directora de TV3, «para agradecerle los servicios prestados, […] que ha sido, con nuestro dinero y gracias a nuestra ingenuidad, la principal patrocinadora del diario».
Por ello, Sostres incluso critica que «después digan que España nos roba» porque, con estos contratos de TV3 y las productoras de las estrellas de la televisión autonómica, en realidad «los principales carteristas los tenemos en casa: nos engañan agitando la señera y solo piensan en llevárselo todo».
«PEDIRÍAN CARIDAD POR LAS ESQUINAS»
Sostres, en su post de este martes –13 de marzo de 2012–, hace un repaso de los programas que critica con dureza. Así, desde su punto de vista, son espacios televisivos «que no quiere nadie más, que no están en el mercado, que ninguna cadena importante los reclama». En definitiva, indica, «si estos chicos no trabajasen en la televisión nacional de Cataluña no podrían trabajar en ningún lugar».
Y añade una acusación a Terribas:
Las astronómicas cifras que todos ellos cobran están claramente fuera de lugar, no están ajustadas por el mercado y son exactamente que la directora de la casa ha decidido pagarlos porque ella ha querido una incomprensible cantidad de dinero que no hacía falta con tal de tenerlos trabajando en TV3. Esto, en mi casa, se llama prevaricar.
En este sentido, Sostres se pregunta por el coste de un programa como APM? (Alguna Pregunta Més?), que consiste en hacer un záping gracioso de lo que se ve y oye en otras televisiones. Su coste: 3,1 millones de euros:
Con tres becarios editando imágenes habría suficiente. 3,1 millones de euros resultan un precio absolutamente desorbitado, muy por encima de lo que cuesta el producto. Como mínimo el 80% de este dinero van al bolsillo de Capdevila y Bassas, que si no fuera por TV3 se morirían de hambre y pediríran caridad por las esquinas.
Otra productora más:
La productora de Toni Soler se lleva casi 13 millones de euros al año por hacer las bromitas del Polònia, un programa pésimo que siempre que ha intentado hacer las Españas ha fracasado estrepitosamente. Toni Soler es otro caso de hombre que no hace falta hacer ningún esfuerzo económico para retenerlo porque no lo quiere nadie ni ha sido capaz de ganarse la vida como ahora sin mamar como un parásito de la teta pública. En Antena 3 falló y de Telecinco no lo han llamado nunca.
En este sentido, el polémico tertuliano ha calculado que cada Polònia cuesta 250.000 euros. Hay uno por semana. Se pregunta si «conociendo esta cifra, las bromitas harán a partir de ahora tanta gracia»; pero de lo que no tiene duda es que será a Toni Soler al sí le hará gracia «pensando en la pasta que nos levanta a todos nosotros, […] mientras sus actores hacen el imbécil y hunden aún más el nivel del debate público catalán».
«ES UNA TOMADURA DE PELO ESCANDALOSA»
Pero Sostres insiste en que existe una conexión entre las productoras y Terribas:
Lo que tienen en común [Bassas, Soler, Capdevila, Om y Bosch] es que todos son accionistas del diario Ara, y que el ex consejero Tresserras [ERC], cuando aún estaba en el poder, ideó, con la complicidad de Mònica Terribas, esta descarada estrategia por «blanquear» dinero público a fin y efecto de que sus receptores lo utilizasen para invertirlo en un proyecto supuestamente privado: ni Bassas, ni Om, ni Bosch, ni Soler trabajan en otro sitio que no sea TV3, y por tanto el dinero que han puesto en el Ara lo han sacado directamente de nuestros bolsillos. En el fondo, todos somos accionistas del Ara, tú y yo somos accionistas del Ara, porque la exageradísima suma de dinero con el que Mònica Terribas ha pagado estos programas es bien nuestra.
El caso del diario Ara, para Sostres, es casi comparable a lo que sucede con La Vanguardia. «Es una tomadura de pelo escandalosa. […] La pantomima del diario privado es una farsa como pocas hemos visto nunca. Bien, no llega a ser tan grande como el dinero que el Gobierno de Convergència, directamente e indirectamente da a La Vanguardia, pero casi», añade.
Finalmente, Sostres considera que Terribas «tiene la camisa sucia y está utilizando el dinero de TV3 para satisfacer asuntos personales y para asegurarse un futuro en la dirección del Ara. Yo diría que esto también está tipificado en el Código Penal».