El debate sobre el Estado de la Autonomía ha pillado a Pachi Vázquez, renovado líder del PSdG, entre dos frentes. Por un lado tiene que darle una réplica de altura a un Feijóo, que va a hacer ondear al viento las banderas de la austeridad, del control del déficit, de la eficacia como piedra filosofal para mantener intactos los servicios públicos básicos y de su filosofía, durante sus tres años de gobierno y lo que le queda de legislatura, del «más con menos».
Pero sólo dispone para eso de munición muy gastada, de lugares comunes, de latiguillos sobre el deterioro de la Sanidad, de la Educación, de la delgada línea roja que separa lo público y lo privado y apelando permanentemente al estado de bienestar, que siempre arrancará aplausos (unos más efusivos que otros) de sus bancadas en las que hoy se sientan muchos vencedores y algunos vencidos.
El problema es que la cabeza de Pachi está desde el pasado domingo 11 de marzo de 2012 en otra parte. Sabe que tiene que esbozar una alternativa creíble a Núñez Feijóo y servirle en bandeja titulares a los periódicos de mañana. Pero sigue rumiando por dentro la «hoja de ruta» que necesita para hacer un desembarco en olor de multitudes en la escéptica opinión pública y opinión publicada gallega.
El borrador de Pachi
A ver. En cuanto pase el trámite de emitir el previsible parte médico sobre la salud de la autonomía: «estado crítico», el recién elegido Secretario General del PSdG-PSOE tiene que tomar una sublime decisión urgente: ¿seguimos como estamos, con un PSdG como franquicia del PSOE en el que Galicia propone y Ferraz dispone o me arriesgo a la aventura de crear un PSC a la gallega?
¿Puedo sobrevivir entre hienas, soportando el vudú de Caballero, de Silva, de Pose, de Barcón, de los jacobinos del aparato de Rubalcaba o sólo me queda como recurso declarar la república socialista independiente de Galicia?
¿Tengo futuro como barón marioneta de Ferraz o me reencarno en el primer Joan Reventós de Galicia y propongo la fundación del PSG a secas, con auténtica autonomía y negociando de tú a tú con Madrid?
Fuera del PSOE hace mucho frío, le susurran al oído sus colaboradores más conservadores. Pero si algo ha quedado claro tras el XII Congreso del PSdG, es que hay muchos socialistas gallegos cansados de que su presente y su futuro esté siempre hipotecado por los aciertos y los errores de la calle Ferraz.
La izquierda gallega tiene su propia idiosincrasia, su propia dinámica, y un giro contundente y creible del socialismo gallego hacia postulados galleguistas (no confundir con separatistas) y autonómicos, convertiría al PSdG en un centro neurálgico capaz de aglutinar al galleguismo y el nacionalismo que padece la maldición del «judío errante»
Sólo el oficio le permitirá a Pachi Vázquez hacer una faena de aliño en el Debate sobre el Estado de la Autonomía de Galicia. Pero, como buen doctor en medicina, estará pendiente de sus constantes vitales políticas.
Tiene unos cuantos meses por delante para explicarle a los gallegos que significaba aquella frase que marcó el XII Congreso del PSdG-PSOE: «no queremos tutelas» Si sólo fue un recurso para ahuyentar a los malos espíritus de Blanco y Caballero, dos de los largos brazos de Rubalcaba, o una declaración de principios sobre la emancipación amistosa del socialismo gallego (que ha encomendado en sus manos su espíritu) del ancestral colonialismo integral del «aparato» de Ferraz.