El escritor Alfonso Ussía no se anda por las ramas a la hora de criticar lo que considera «el revolcón» que CiU pretende dar al resto de España. En un artículo publicado en La Razón, Ussía considera que Oriol Pujol es un «majadero».
El escritor responde, a su manera, al dirigente de Convergència Democràtica de Catalunya e hijo de Jordi Pujol que, el pasado fin de semana –24 y 25 de marzo de 2012–, utilizó una metáfora, como en los años 60 había empleado su padre, para defender la secesión de Cataluña:
La barca [de Jordi Pujol] la capitanea ahora el presidente Mas, y, tras vosotros, [vamos] multitud de barcas y barquitos a los que nos habéis enseñado por donde superar los escollos y huir de estas aguas podridas que nos ahogan.
«LOS MEJORES CLIENTES DE CATALUÑA»
Las «aguas podridas» son España para Oriol Pujol. Así, Ussía no ha perdido la ocasión y en un texto publicado este martes –titulado El revolcón— analizando la doble jornada electoral (Andalucía y Asturias) aprovecha y le da un pequeño revolcón al sucesor de Jordi Pujol:
Y aprovechando que el Guadalquivir pasa por Sevilla y el Narcea riega la piel verde del Principado, el niño de Pujol, Oriolín, quizá Oriolet, se refiere a España como «el agua podrida que nos ahoga». Nos insulta a los españoles que no pensamos como él. Nos desprecia a los españoles –sus compatriotas–, que somos los mejores clientes de Cataluña.
Y remata:
Nos reúne en un charco de agua estancada y putrefacta que infecta su presente. Las ideas son libres y siempre respetables si van acompañadas de civismo y cortesía. Lo de este niño chulo y memo resulta intolerable. Un mal domingo para España, sin duda alguna. El revolcón, al final, no sólo no se ha producido en Andalucía. Nos lo ha dado un majadero en Cataluña.
MEDITACIÓN PARA EL PP DE ANDALUCÍA
Poco antes, el escritor critica al PP por su vitoria que «no sirve para nada» en Andalucía, aunque descarga de toda culpa a Javier Arenas, líder popular en la Comunidad:
Para mí, que se han dado los peores resultados posibles, por cuanto el PSOE va a tener que gobernar obedeciendo los gestos del dedo índice de un comunismo anclado en el pasado siglo. El Partido Popular obtuvo en las elecciones del 20 de noviembre 400.000 votos más en Andalucía que el pasado domingo. Algo o mucho tendrán que meditar los dirigentes conservadores.
Pero no está de acuerdo con los que, tras el resultado electoral, han señalado con el dedo a Arenas —¿A quién coño se le ocurre meter en la foto de campaña a un tipo que está haciendo recortes?»–:
Ganar en unas elecciones andaluzas. El imposible lo establece la mayoría absoluta. El PSOE ha resistido y los comunistas han crecido. A ver cómo nos explican los liberales -ay, la Pepa-, y los conservadores los pormenores de su fallida estrategia.