Cómplice de Zapatero y látigo de Rajoy

Jorquera (BNG) se va al Congreso a vender humo

El diputado nacionalista quiere sacarle rentabilidad mediática al incendio de las Fragas do Eume

Francisco Jorquera, portavoz del en el Congreso de los Diputados y próximo candidato a la Xunta, por un BNG en rigurosa dieta de adelgazamiento de militancia, ha decidido levantar una cortina de humo en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo.

Difuminado ya el incienso litúrgico de la Semana Santa para mayor gloria de Dios, el político nacionalista se dispone a manipular su peculiar botafumeiro ante los diputados y diputadas de la Cámara Baja para mayor gloria suya.

Ha metido en sus maletas muestras del humo que todavía despiden las cenizas de un pedazo de las Fragas do Eume, esa joya ecológica galaica que mantuvo conmocionada a España, y se va a montar un mercadillo en plena capital para vender humo, sólo humo y nada más que humo mediático de gestión nacionalista entre la opinión pública y la opinión publicada del Estado.

Jorquera es aquel señor que trapicheaba mercancia parlamentaria con ZP, cuando estaba en flagrante minoría, y ordeñaba un puñado de millones de euros a cambio de los dos votos del BNG. Luego regresaba a Galicia con el botín de los fondos del Estado, que eran fondos de los españoles y de los gallegos, y sacaba pecho ante su hinchada y ante los medios de comunicación galaicos:

¿Se dan ustedes cuenta de lo útil que resulta para Galicia tener voz y voto en el Congreso de los Diputados?

A cambio de sus votos le sacaron a Zapatero una propina en los Presupuestos Generales del Estado para 2009. Todavía gobernaba el bipartito en Galicia y los nacionalistas ridiculizaban al Presidente Touriño ante su escasa capacidad de influencia en La Moncloa. Era el BNG, y no el PSOE, el que sacaba siempre algo de tajada cuando el Gobierno socialista necesitaba una mayoría suficiente.

El tiempo, la crisis, el drama de la deuda soberana y el déficit que pesa como una losa sobre el presente y el futuro de España y de Galicia, deja ahora al descubierto el precio que se está pagando por aquellas hazañas nacionalistas: las canarias, las catalanas, las vascas, las gallegas.

De aquellos polvos vienen estos lodos. De aquellos trapicheos presupuestarios vienen ahora estos tiempos de miseria. Lo que arañaba Jorquera a aquel gobierno de izquierda en minoría, era una parte alícuota de deuda, de desfase presupuestario y de desequilibrio, gota a gota, entre los ingresos y los gastos.

Cada vez que volvía de la Carrera de San Jerónimo, y mostraba con orgullo la nueva limosna que le había sacado a ZP para Galicia, estaba poniendo otro grano de arena en el caos de las cuentas del Estado y, por simpatía, de Galicia.

Al héroe nacionalista de entonces, se le puede juzgar ahora como un cómplice, junto a otros nacionalistas carroñeros, del desvío de déficit del Estado español y de las autonomías que han puesto los pelos de punta a Europa, han inducido a sacar las uñas a los insaciables mercados y ha dejado a los españoles de los cuatro puntos cardinales al borde del abismo.

Jorquera, ahora, se prepara para montar su numerito de las Fragas do Eume en el Foro. Va a tirar una vez más de incoherencia ideológica, y le va a pedir a papá Estado una pasta en ayudas y medios para la recuperación postraumática de la joya forestal y ecológica de Galicia.

Su señoría saldrá en los periódicos, quizá en alguna televisión y probablemente en algún tuit manejado por control remoto, hinchado como un pavo real. Pero habrá dejado en evidencia dos cosas:

  • Que su papel en Madrid fue, hasta hace unos meses, el de cómplice de un gobierno de Zapatero que no ha dejado piedra sobre piedra, y ahora es anodino, como el de una estatua decorativa de Sargadelos en el Congreso.
  • Y que ni siquiera él, que aspira a la independencia y la mayoría de edad de los gallegos, confía en sus propios paisanos para que se saquen las castañas del fuego tras el atentado terrorista incendiario de las Fragas do Eume.

Tanto nacionalismo, tantas ínfulas de autogobierno, tanta parafernalia, y al final siempre se acaba acudiendo a Papá Estado para sacarle pasta o una disculpa para salir en la foto. Francisco Jorquera lleva demasiado tiempo vendiendo humo.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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