La Generalitat de Cataluña no acata ninguna directriz del Gobierno. Primero fue su oposición a los obligados ajustes en educación anunciados el pasado lunes en el Congreso.
Ahora Cataluña también se niega a acatar las medidas en sanidad anunciadas por Ana Mato para reducir los 15.000 millones de euros de déficit.
Si el Ejecutivo de Rajoy recibió alguna crítica por considerar antisocial el copago farmacéutico que incluye a jubilados -hay que puntualizar que sólo afecta a las rentas altas-, el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, considera que estas medidas son «insuficientes» y propone, entre otras cosas, que los enfermos paguen hasta «el menú de los hospitales».
Además, mantendrán el ticket moderador que contemplan en su plan autonómico.
«Continuaremos exigiendo el euro por receta mal que nos pese».
Una medida que, como máximo, puede representar «60 euros al año por persona» y que «está planteada con la finalidad de moderar el abuso del consumo que todos sabemos que existe en productos farmacéuticos», sentenció el portavoz de la Generalitat, que ha aprovechado para acusar al Ejecutivo español de estar haciendo el «ridículo» al negarse a hablar de copago cuando en realidad es lo que plantean sus medidas, y le ha advertido de que hasta ahora las decisiones que ha tomado son insuficientes para garantizar el Estado del Bienestar.
Homs justificó la compatibilidad de ambas medidas al apelar a lo que se paga en otros países como Alemania, Bélgica o Francia por los medicamentos y los servicios de atención.
El portavoz se ha detenido a enumerar los métodos de estos países para justificar que en Cataluña y en España se paga mucho menos y que el momento de crisis requiere un esfuerzo mayor.
De esta forma, en Cataluña se pagará hasta tres veces por la sanidad pública, si contamos el céntimo sanitario, el euro por receta y el copago farmacéutico.
«Buscar ingresos»
Pero las ideas de ahorro catalán son mucho más atrevidas. El conseller de Salud de la Generalitat, Boi Ruiz, planteó al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aplicar un copago por la comida servida a los pacientes en los hospitales, argumentando que es un gasto que el paciente debería tener igualmente si estuviera en casa.
Hay que «buscar más ingresos para no tener que hacer más ajustes», avisó, y concluyó que no le gustaría que Cataluña tuviera que ser intervenida.
El pulso entre el Gobierno central y Cataluña tendrá lugar este viernes 20 de abril de 2012, fecha en la que se aprobará el decreto ley del Gobierno en Consejo de Ministros, ya que el grueso de las medidas propuestas por Ana Mato son de obligado cumplimiento para todas las autonomías.
NOTA.- leer artículo original en ‘La Gaceta’
