En la fachada de la casa que posee José Luis Pego, ex Director General de Nova Caixa Galicia, en el municipio pontevedrés de Nigrán, todavía quedan huellas de los huevos de la ira que estamparon contra ella grupos de afectados por las participaciones preferentes.
Desahogo a huevazo limpio
Era 1 de junio de 2012, víspera de la concentración de afectados de toda Galicia que tuvo lugar en La Coruña, y los damnificados del Morrazo, el grupo más activo entre las 43 mil víctimas de esa estafa financiera de las cajas de ahorros gallegas, se presentaron ante la casa del que fue mano derecha y sucesor de Julio Fernández Gayoso.
La casa estaba cerrada a cal y canto y no había el mínimo rastro del prejubilado de oro, que se ha llevado un botín de más de 8 millones de euros a la edad de 54 años (nueve años antes de la edad de jubilación de los pobres mortales)
Quedaba el consuelo de descargar la rabia acumulada de tantos ahorradores, atracados vilmente, a huevazo limpio, como un signo de impotencia ante la impunidad financiera que impera entre vacíos legales penales, conflictos de competencias y sibilinas fórmulas de echar balones fuera de las instituciones reguladoras implicadas.
Ante el escandaloso «corralito» gallego, el Fiscal General del Estado, Torres-Dulce y su homólogo gallego Carlos Varela, declaran inviable la vía penal y recomiendan a los afectados la vía civil a través de una demanda por «clausulas abusivas en contratos» tipificada en la Ley de Consumo de 2007.
Por su parte, el propio Conselleiro de Economía de la Xunta, Javier Guerra, mantenía esta misma tarde una entrevista en Bruselas con representantes de Competencia (los hombres de Almunia), para promover la vía del arbitraje como solución garantista y más rápida de un conflicto que va in crescendo a medida que pasa el tiempo y no se ofrecen soluciones. La vía del arbitraje la defienden también las fiscalías del Estado y del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, aunque esta última prepara ya una demanda civil colectiva.
Los ahorros de toda una vida
El día de 2 de junio de 2012 la ciudad herculina se vio tomada por afectados de participaciones preferentes de toda Galicia. Tras una marcha multitudinaria millares de personas y la lectura de un manifiesto en la céntrica plaza del Obelisco, la comitiva se detuvo frente la sede de la Delegación del Gobierno en Galicia y se profirieron todo tipo de improperios dirigidos a un sistema que, por acción u omisión, les dejaba indefensos ante lo que consideran un atraco a mano armada por parte de las instituciones financieras.
El número de personas afectadas en Galicia, además de las directamente relacionadas con las cajas del norte y del sur, posteriormente fusionadas, oscila entre 43 mil (cuya existencia está reconocida por la propia fiscalía) y cerca de 70 mil que calculan algunos grupos parlamentarios.
La asociación de Usuarios de Bancos, Cajas de Ahorros y Seguros (ADICAE), eleva la cifra de «estafados» a 100 mil y calcula que, sólo entre las antiguas Caixa Galicia y Caixanova, captaron 1.078 millones de euros de clientes que invirtieron en preferentes.
Bocadillos de «chorizo» ante la casa de Castellano
La indignación recorrió las calles de La Coruña este pasado sábado 2 de junio, mientras los ocupantes de un centenar de autobuses procedentes de toda Galicia y afectados de la propia ciudad herculina y municipios cercanos, pedían justicia y devolución de unos fondos que, para una mayoría, suponen los ahorros de toda una vida.
Hubo para todos, como en botica. Particularmente para los ex dirigentes de las cajas gallegas y sus obscenas indemnizaciones y pensiones. Pero también para los dirigentes políticos, que a juicio de los manifestantes se lavan las manos y para los nuevos dirigentes de Novagalicia Banco y su cabeza principal José María Castellano, ante cuya vivienda coruñesa, grupos de manifestantes repusieron fuerzas con bocadillos de chorizo y al grito ya característico de «no hay pan para tanto chorizo.