La Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT) ha criticado duramente la indiscreción del Ministerio del Interior al permitir que se difundieran los detalles del último encuentro de una víctima con el etarra Rafael Caride Simón, uno de los tres integrantes del comando Barcelona de ETA que perpetró el atentado de Hipercor, en el que murieron 21 personas y otras 45 resultaron heridas y del que este martes se cumplirán 25 años.
José Vargas, presidente de ACVOT, considera que el Ministerio no está gestionando correctamente los últimos encuentros, especialmente el de Roberto Manrique -víctima del atentado de Hipercor-, que en los últimos días se ha reunido con Caride Simón en la cárcel alavesa de Zaballa.
Tras concluir el encuentro, confirmó a los medios de comunicación que el terrorista no le había pedido perdón, aunque sí le había mostrado su sentimiento de culpa por los daños que había causado. Además de estas declaraciones y de anunciar previamente en su blog la cita con el etarra Caride, Manrique también ha ofrecido diversas entrevistas televisivas relatando la reunión, entre ellas en el programa ‘El gran debate’ de Tele 5.
En declaraciones a Periodista Digital, Vargas ha dicho no entender el cambio en la estrategia de comunicación del Ministerio, que había mantenido reserva absoluta en los once encuentros anteriores. Según el presidente de ACVOT, «la publicidad que se está dando a los contactos convierte un asunto que requiere discreción máxima en un circo mediático, una especie de ‘Sálvame’ carcelario».
A juicio de Vargas, la difusión de las reuniones «generará una interminable peregrinación de víctimas con ansias de notoriedad por las prisiones donde están recluidos los etarras», lo que desvirtuaría por completo el sentido original de estos encuentros promovidos por el Ministerio del Interior y el Ejecutivo vasco. El objetivo de estas entrevistas con las víctimas es que los terroristas muestren algún tipo de arrepentimiento, ya que el perdón no es condición necesaria para acogerse a la reinserción ofrecida por el Gobierno, conocida como ‘vía Nanclares’.
Esta estrategia, diseñada por el ex-vicepresidente y ex-ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba, fue aplicada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en los dos últimos años de su mandato. Para lograr la reinserción los etarras deben dejar constancia escrita de su renuncia al terrorismo y a ETA. Los primeros presos que lo hicieron fueron expulsados de la banda terrorista y trasladados posteriormente a la prisión alavesa de Nanclares de Oca, de donde toma el nombre este tipo de reinserción. Una vez en este centro, quienes habían abandonado la organización armada debían cumplir con la legalidad. Es decir, pedir perdón a las víctimas (exigencia que ha desaparecido actualmente), colaborar con la Justicia y afrontar las responsabilidades civiles (pago de indemnizaciones a las víctimas) para poder acogerse a los beneficios penitenciarios.