«Razonable». Con esta palabra respondió Francesc Homs (CiU), portavoz de la Generalidad de Cataluña, a la pregunta que se le hizo en relación a la última subvención que el Grupo Godó ha recibido de la Administración autonómica por valor de 5,5 millones de euros.
El pasado viernes, el Diario Oficial de la Generalidad de Cataluña (DOGC) publicó la última ayuda al editor de La Vanguardia. Una ayuda destinada a la planta de impresión que también es propiedad del Grupo Godó, Cre-a Impresiones de Catalunya —Godó se lleva otros 5,5 millones de euros de la Generalidad–.
Pese a los 5,5 millones de euros, la dirección de Cre-a Impresiones ha anunciado su intención de aplicar algunas medidas que afectarán a los trabajadores. De entrada, un ERE de extinción para 29 trabajadores de una plantilla de 100, es decir, un ERE que afectará al 29% de los empleados.
Además, la dirección propondrá una reducción horaria y salarial del 25% para otros 24 empleados y una modificación sustancial de las condiciones laborales (se está negociando que las jornadas sean de una semana trabajando y otra de descanso) del resto de la plantilla.
EL HOLDING OBTUVO BENEFICIOS EN 2011
Los empleados de Cre-a Impresiones han acabado hace unos días una huelga (del 14 al 24 de junio de 2012) que provocó retrasos en la distribución de los diarios, La Vanguardia y Mundo Deportivo, y Ara, que se imprime en la rotativa del Grupo Godó. También se imprime el diario gratuito Qué!
El comité de empresa ha criticado esta propuesta y ha recordado que en 2011 el Grupo Godó obtuvo 7,2 millones de euros en beneficios. Aunque un 32,9% menos que en 2010. El grupo dio como resultado antes de impuestos, en 2011, un beneficio de 7,6 millones de euros, un 60,2% menos que el año anterior, cuando tuvo un resultado de 19,2 millones de euros —Godó salva los muebles con unos beneficios de 7 millones, 3 menos que en 2010–.
Mientras la Generalidad sigue insuflando dinero en el Grupo Godó –algunos periodistas ya se preguntan dónde está el límite de CiU en el rescate a La Vanguardia–, en tres anualidades: 2,3 millones de euros, el primer año; 2,3 millones, el segundo; y 900.000 euros, en 2013, los trabajadores de Cre-a siguen viendo muy oscuro su futuro en la empresa.