Casos como la excarcelación del etarra enfermo Josu Uribetxeberría Bolinaga tampoco ayudan
Las gallegas del 21-O, con permiso de los comicios en el País Vasco, no son unas elecciones autonómicas más para el Gobierno de Mariano Rajoy y el PP. Ni mucho menos.
Dirigentes del Partido Popular y miembros del Ejecutivo, en conversación con ‘La Gaceta, cargan indirectamente sobre las anchas espaldas del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, la responsabilidad de que Rajoy pueda afrontar «una seria crisis de liderazgo interno» en el seno del PP, con las inmediatas consecuencias que tendría para el Ejecutivo en el caso de que no reedite su actual mayoría absoluta.
Absolutamente todos los populares dan por sentada la victoria de Feijóo el próximo 21 de octubre, aunque prácticamente ninguno se atreve a vaticinar como firme su ansiada mayoría absoluta.
No por la talla de sus rivales («el PSOE no existe», describen), sino por la antipatía de las medidas ante la crisis.
«Movilización» por la «estabilidad» frente a experimentos multipartitos, insisten en Génova y Galicia, plenamente conscientes de que los nueve primeros meses del Gobierno de Rajoy han hecho mella en sus bases, fundamentalmente por las subidas de impuestos.
Además, casos como la excarcelación del etarra enfermo Josu Uribetxeberría Bolinaga tampoco ayudan.
«Feijóo, en cualquier caso, gobernaría en minoría con dificultades,» añaden las mismas fuentes, quienes no ocultan su expectación ante los votos que pueda alcanzar la candidatura de Mario Conde.
Su irrupción política inquieta porque «aunque sólo saque unos pocos votos, a Alberto le hace daño: la mayoría absoluta se decide por un puñado de sufragios».
Por si fuera poco, la precampaña gallega se desarrolla ante el fantasma de un posible rescate a España -hoy más lejos que inmediatamente después de la resolución del Banco Central Europeo, pero aún amenazante- y mediada, por ejemplo, por la aprobación durante el Consejo de Ministros del próximo viernes 27 de los Presupuestos Generales del Estado para 2013, que «van a ser aún más duros que los de este año», vaticinan fuentes de Génova.
Además, tal y como ha informado este diario, tanto en Galicia como en el País Vasco se descuenta ya una reedición del todos contra el PP similar a la que se dio durante la Guerra de Irak o la crisis del Prestige.
Los sindicatos, sin el éxito esperado, inauguraron ayer su particular curso de movilizaciones y amenazan ya con una nueva huelga general.
Galicia no es una plaza más para Rajoy. Feijóo encarna la vanguardia de su ciclo al frente del Partido Popular como icono del inicio del cambio que representa en el resto de España.
Perder allí la mayoría supondría un duro mazazo para los populares. Ahora bien, sobre todo se teme la pérdida de liderazgo interno del presidente en el seno del partido.
No porque nadie la vaya a discutir su Presidencia o traten de moverle la silla -algo que absolutamente nadie concibe hasta que, por lo menos, pasaran las próximas generales en caso de descalabro-, sino por la pérdida de auctoritas.
El temor real que se da es el de un PP con contestación interna y presiones hacia Rajoy de sus barones, los presidentes populares de comunidades autónomas.
La pérdida de la absoluta de Feijóo supondría «un signo» de lo que les puede pasar a ellos en las siguientes citas electorales.
Motivo para que más de uno «se ponga nervioso» y pase a contestar públicamente «algunas de las reformas y los ajustes», desmembrando uno de los principales activos de esta formación:
«Proclamar el mismo discurso en toda España».
Durante estos días se ha tomado muy buena nota del episodio a cuenta del aumento del IVA cultural protagonizado por el presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago.
Otro líder territorial de la era Rajoy -muy querido por el presidente- que sorprendía a propios y extraño con su conato de rebelión ante esta medida.
Con todo, el incidente Monago no preocupa, ya que se le disculpa a cuenta de su precaria mayoría y los malabarismos a los que esta le obliga para no provocar la espantada de Izquierda Unida (gracias a la que, en última instancia, gobierna).
El último sondeo interno sobre Galicia al que apelan los populares es de julio y les augura mayoría absoluta. En unos días conocerán una segunda encuesta.