¿Se imaginan ustedes las cartas de profesores de la infancia como elementos innovadores en las campañas electorales?
La profesora de catalán de Alicia Sánchez Camacho, cuando la candidata a presidenta de la Generalitat por el PP cursaba octavo de básica, ha irrumpido en la precampaña electoral de Cataluña con una carta publicada el pasado 30 de octubre en el Diario de Girona.
Bajo el título «La meva exalumna Alicia» (mi exalumna Alicia), su profesora de lengua vernácula en el colegio de monjas de Blanes, Ángela Ferrer i Mató, deja entrever a lo largo de la misiva abierta la decepción que siente por la trayectoria de su brillante alumna desde aquellos tiempos de la infancia hasta la actualidad.
La escuela catalana trata bien al castellano
La veterana maestra alaba en todo momento la inteligencia de la que había dejado huella durante su estancia en el colegio, pero le recrimina que mienta -según la versión de la docente- respecto a la imposición del catalán en las aulas.
Doña Ángela recuerda, en un estilo literario muy naif, que los alumnos saludaban en catalán a la hora de entrar en clase de catalán y en castellano a la hora de entrar en clase de castellano, aunque no aclara si saludaban en inglés a la hora de entrar en clase de inglés (suponiendo que en el centro se impartiesen clases de la lengua de Shakespeare)
Acusa a ASC de plegarse al anticatalanismo casposo de Madrid
Dolida en todo el trasfondo de la carta, la profesora sugiere que Alicia Sánchez-Camacho se ha dejado deslumbrar por el protagonismo político y ha renunciado a su lealtad hacia el trabajador, esforzado y buen pueblo catalán.
Respeta que su exalumna haya acabado en el Partido Popular, pero se siente traicionada en sus expectativas.
La maestra creía que la señorita Sánchez Camacho iba a servir de puente de diálogo entre Madrid y Cataluña e iba a defender los intereses catalanes. Pero, lejos de eso, la acusa de defender a su «jefe» nacional y plegarse al anticatalanismo «casposo» que aún colea por Madrid, obsesionado con perjudicar los intereses económicos y perseguir la lengua de Cataluña.
Su exdiscípula se ha vuelto contra su propia tierra, ¿o no te sientes nada catalana?, le pregunta su antigua maestra. Luego le describe a la líder Popular lo mal que le sabe escuchar de tantos amigos, de la buena gente que le rodea, escuchar pestes de ella.
«¿Qué ha pasado para que una de mis mejores alumnas actúe así?»
Pone en duda que la candidata Honorable se lea la carta y que se digne a contestarla, pero apela a su conciencia para que actúe con el corazón:ç
«Defendiendo la verdad y las necesidades de un pueblo que tú sabes que es noble, trabajador, fuente de riqueza y que no se merece el trato que desde Madrid se les está dando»
Con la esperanza de que la política Popular reaccione y recupere los valores que se le inculcaron en el Centro cuando era niña, la veterana maestra se despide con un «cordialmente«, que deja dudas sobre si tiene el mismo significado en catalán que en castellano.
Cartas de antiguos maestros como innovación electoralista
¿Se imaginan ustedes las cartas de profesores de la infancia como elementos innovadores en las campañas electorales?
¿Cartas de aprobación o reprobación de candidatos violando las intimidades de su infancia? ¿Es ético? ¿Es estético?
Desde luego es novedoso y ha sido un bombazo en las redes sociales.
Ahora se echan de menos cartas de maestros de Artur Más, de Pere Navarro, de Durán i Lleida, para despejar dudas sobre los orígenes de candidatos con quien los catalanes se van a jugar los cuartos y la historia.
Y, echando una mirada hacia atrás, se echan de menos cartas de profesores de Aznar, de Zapatero, de Rajoy, de Rubalcaba, que tantas pistas nos podrían haber dado sobre esos señores que han hecho o deshecho, según el color del cristal con que se mire, las últimas décadas de nuestra historia.