Abandonar España tiene un impacto sensiblemente superior del que tendría la salida de Cataluña de la Unión Europea
Cataluña vende más a Murcia que a Estados Unidos. Es la conclusión final que puede sacarse del informe ‘Las cuentas claras de Cataluña‘, presentado por Convivencia Cívica, y en el que se analizan las relaciones económicas de Cataluña con el resto de España.
Los clientes nacionales se convierten así en más importantes que los internacionales a nivel de intercambio comercial.
De hecho, de los 15 principales mercados donde venden las empresas catalanas, 10 son comunidades autónomas españolas.
Con el objetivo de demostrar las pérdidas económicas que Cataluña sufriría en caso de separación, el informe de Convivencia Cívica advierte de que levantar una frontera política, y por tanto comercial, con España, haría perder al colectivo empresario caalán la mitad de sus ingresos procedentes del resto de España.
Una pérdida que se uniría al del empleo pues en caso de secesión, con además la salida inmediata de la UE y la deslocalización de empresas, pondría en peligro 1 de cada 6 trabajos existentes en la actualidad, con la consiguiente reducción del PIB catalán en un 20%.
Entre los datos más llamativos, el hecho de que las empresas catalanas vendieron más bienes y servicios al resto de España que a los restantes 186 países del mundo juntos.
Así, por ejemplo, Cataluña vende más a Murcia que a EEUU o más a Aragón que a Alemania, lo que supone que las compañías catalanas son las más beneficiadas entre todas las comunidades autónomas del comercio interregional español.
Hasta 48.000 millones de euros de ingresos proceden del las transacciones con el resto de España según este informe, que destaca, además, que formar parte de un mismo país beneficia en gran medida las ventas de las empresas catalanas en el resto de España.
‘Las cuentas claras de Cataluña’ reflejan también el saldo comercial positivo que registra Cataluña, además de asegurar que la comunidad catalana disfruta de un superávit de 21.937 millones de euros, según datos de 2010, lo que supone un aumento de la renta pér cápita de los ciudadanos catalanes en 2.900 euros al año.