La campaña electoral catalana recién iniciada exhibe preocupantes déficits democráticos, que amenazan con convertir a la Cataluña autonómica de tradición liberal en un territorio de afirmaciones monolíticas y excluyentes
Ojo al caudillismo titular El País su editorial del 8 noviembre 2012 dedicado a la campaña electoral catalana y a Artur Mas, a quien tilda de «peligro democrático» por «la deriva de ribetes caudillistas» que sufre.
El País alerta que «la campaña electoral catalana recién iniciada exhibe preocupantes déficits democráticos, que amenazan con convertir a la Cataluña autonómica de tradición liberal en un territorio de afirmaciones monolíticas y excluyentes».
«Destaca entre ellos la descarada insistencia en la línea del soberanismo de los medios de comunicación abiertamente gubernamentales Catalunya Ràdio y TV-3, que han perdido el carácter público y general que antes podían exhibir»
«Nunca como ahora el nacionalismo gobernante había dado muestras de tanto sectarismo», añaden. «No es de recibo que un Parlamento cesante marque la hoja de ruta a su sucesor. No es aceptable que el Gobierno de cualquier nivel político se deje dictar su mandato por una asamblea informal, una manifestación por multitudinaria que esta sea o unas entidades de la pretendida sociedad civil previamente subvencionadas»
«Y está fuera de lugar que el dirigente de una formación de tanto arraigo moderado y democrático como Convergència i Unió, postule explícita o implícitamente el uso de medios ilegales para alcanzar sus sueños; o fíe el logro de los mismos a la eventual negación de su identidad europea»
Y concluye:
«La deriva de ribetes caudillistas de Artur Mas, a la que sus sondeos atribuyen mayoría absoluta, es un peligro democrático. Sea para pavimentar un Estado propio o impropio, la independencia o el regionalismo pujolista de costumbre».