En un acto de coherencia independentista que les honra, los diputados por Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso, Alfred Bosch, Joan Tardá i Coma y Teresa Jordá i Rovira, han emprendido una cruzada ejemplar en las altas instancias de la Cámara Baja: solicitar que no se le realice ninguna retención en concepto de IRPF.
Esta curiosa y paradójica intentona de «insumisión fiscal» de estos tres apasionados soberanistas ante el Estado español, la recogen las páginas del periódico ABC en su edición del 8 de noviembre de 2012. Si fuera 28 de diciembre, nos lo habríamos tomado como una inocentada, naturalmente. Pero, no. Va totalmente en serio. Y aumenta la sospecha cada vez más generalizada de que la política, en casos extremos, puede acabar perjudicando seriamente la salud mental de quienes la practican.
¿Cómo un soberanista catalán va a pagarle impuestos al Estado?
¿Cómo van a contribuir con dinero catalán a las arcas del Estado invasor, colonialista y represor? ¡Hasta ahí podían llegar las bromas! Sus señorías han iniciado una ofensiva por tierra, mar y aire, o sea, por escrito, por teléfono y boca a boca, con más insistencia de la que suelen tener para sostener enmiendas parciales o a la totalidad.
Y, por más que los distintos departamentos de la Cámara les han transmitido la sabía reflexión de Talleyrand atribuida al Guerra: «lo que no puede ser no puede ser y además es imposible», sus señorías han seguido erre que erre, que a lo mejor en catalán se traduce como esquerra que esquerra.
¿Qué parte de que ese salario que perciben lo pagamos entre todos los españoles no entienden sus señorías? ¿Ignoran que los euros que perciben cada fin de mes no son catalanes, todavía?¿Han olvidado se les está pagando por sus servicios al Estado, por ahora?
¿Creen que se puede ir provocando a 47 millones de ciudadanos que están hasta sus partes más íntimas de privilegios, de impunidades, de complementos, de pensiones doradas, de tabletas, de iPhones, de ordenadores, de caprichos y de mamonadas de sus representantes parlamentarios?
O van de «enrollados» separatistas que han perdido la olla o son unos jetas que han perdido la vergüenza y se quieren llevar a casa el bruto íntegro de los 77 mil euros del ala que le ordeña al año cada diputado a los españoles. ¡De qué van esos parlamentario!, ¿de puristas pasados de rosca o de listos aplicando la tradicional filosofía de la pela es la pela?
Más de 60 mil euros netos al año
A estos señores y el resto de sus compañeros de Hemiciclo, sólo les aplican el IRPF a su sueldo base, el 37% de los 43 mil euros anuales. Todos los demás complementos (alojamiento y manutención, gastos de desplazamiento, dietas de viaje, tarjeta de taxi, extras por trabajo en Comisiones) hasta un total de 23 mil euros más al año, están exentos de impuestos.
Cada uno de esos tres «patriotas» catalanes se lleva ya todos los años a su casa 61 mil euros netos, repartidos en más de 5 mil euros al mes, y todavía exigen a la Cámara que no les descuente el IRPF en nombre de su independentismo, de su alergia a ser españoles, de su sentido del honor que se siente ofendido por contribuir a la Hacienda Pública del Estado con retenciones que, curiosamente, se le aplican exclusivamente a su salario base.
Además de tontos, apaleados. Además de pagarles entre todos los españoles sus salarios, pretenden que les eximamos de impuestos por una cuestión de ¿conciencia? ¿Sabrán esos tres diputados de Esquerra Republicana lo que es eso?
¿Objeción de conciencia…? Sí. Pero la pela es la pela
Si la tuviesen de verdad, sino fuesen unos secesionistas de pacotilla, unos peseteros, unos «mantenidos», les quemaría en las manos cualquier dinero con el marchamo del Estado.
En vez de solicitar exenciones fiscales por objeción de conciencia, tendrían la decencia y el valor de dejar su escaño y no «mancharse las manos» ni un minuto más con dinero del resto de España. Pero, la pela es la pela. Debe dar mucho morbo soberanista querer separase de España por un lado y, por otro, llevárselo calentito todos los meses de la caja común de los españoles.