Con la absoluta libertad que me da el hecho de que este periódico no tiene más riendas que las que templa el que esto escribe -aunque a veces me gustaría dejarlo metafóricamente hablando a galope tendido- lo digo claramente: Son un desastre total.
Podría llenar día a día la sección Confidencial con sus variopintas pifias, que no sólo conozco de las noticias que llegan, sino de primera mano. Sin embargo hay que comedirse en aras de un compromiso moral que no todos pueden esgrimir. Y a veces también empuja una especie de compasión que nace de la certeza de que, si se contara toda la verdad, la ciudadanía simplemente no lo resistiría…Me refiero al Govern balear.
La última metedura de pata ha sido la protagonizada por el conseller Rafael Bosch en una entrevista concedida a Diario de Mallorca (pinchando el enlace azul se remite a ella). Tras la publicación de sus supuestos ‘saraos’ en Cabrera junto a su homólogo Company, el antiguo director del colegio Luis Vives ha intentado reconciliarse con sus ‘seguidores’ o, más bien, dar una disculpa creíble. La misma no sólo llega a destiempo, sobre todo porque hace poco amenazó públicamente con demandar a quienes destaparon el tinglado «por mentir», sino que estropea el asunto aún más merced a su absurda y particular visión sobre lo acaecido.
Ahora baja la cabeza y admite en parte, o en su mayor parte, que lo narrado es cierto. Habla de que le da igual comer butifarrones o beber champán, que le invitaron a pescado «y tal», que si lo llega a saber no come, que la próxima vez irá en una barca particular. En fin, sin desperdicio. Recomiendo vivamente su lectura completa. Sólo así podrá atisbarse o columbrarse, que tanto da, lo que en la lejanía queda desdibujado por los cortafuegos del poder.
