Es un alivio descubrir que el ex Honorable Jordi Pujol y el actual President de la Generalitat todavía confían en la Justicia del Estado español. Que los abogados catalanes y catalanizados todavía apelan a los mismos artículos de la Ley de Enjuiciamiento y del Código Penal que sus homólogos del resto de la Piel de Toro. Que a pesar de que Artur Mas haya anunciado urbi et orbi que «ni los tribunales ni la Constitución» podrán detener el proceso soberanista catalán, acuda ahora a un juzgado de instrucción de Barcelona para tratar de parar el proceso informativo de El Mundo.
Ahora resulta que a CDC, su gurú Jordi y Artur + les sirve la justicia que emana de las cloacas del Estado para tratar de limpiar su imagen y su nombre. Y ni les cuento la fiesta mediática que podrían liar si se admitiesen a trámite sus querellas, si lograsen que citen a declarar como imputados por delitos de infamias y calumnias a los dos periodistas de Pedrojota y si encima va la justicia españolista y dicta una sentencia condenatoria. ¡Habría que oírlos.
Acatarían la sentencia sobre su proceso con un grito internacionalizado que se escucharía en todo el planeta: ¡se ha hecho justicia! ¡Qué buen titular para el NYT en uno de sus obituarios dedicados a España, ¿no creen?
A Artur + le siven los tribunales españoles
Pero sigamos dejando volar nuestra calenturienta imaginación, señores. Condenan a El Mundo por infamias y calumnias; descorchan botellas de cava en la sede de CDC y en varios hogares independentistas; se desvanece la negra sombra alargada de Suiza. Y, ¿luego, qué? ¿Serían consecuentes? ¿Acatarían futuras sentencias de los mismos tribunales sobre el proceso de Cataluña? ¿Iría a misa lo que dictaminase el TC?
Hace apenas unos días, en pleno proceso de elaboración de un enfermizo cordón umbilical entre el candidato a Honorable y los catalanes, quedaba en el aire un mensaje megalómano: «el que me ataca a mí está atacando a Cataluña», Un «President sol» estaba emulando a aquel rey francés, Luís XIV, al que se le atribuye una paradigmática frase que resume la egolatría humana en tres palabras. Sólo que su majestad Artur I ha hecho una versión adaptada a su tiempo y su reino: ¡Catalunya c´est moi!
Pero, claro, si Cataluña es él, si lo que es malo para él es malo para Cataluña, por pura deducción lo que es bueno para Artur + tiene que ser bueno para los catalanes. ¿Serían buenos para el Honorable unos tribunales que dictasen una sentencia a su favor sobre el asunto suizo…? Todo parece indicar que sí. Luego esos tribunales deberían ser buenos, en todo y para todo, para sus súbditos.
Preguntas que quizá nunca tengan respuesta
¡Qué triste que toda la «grandeur» sintética de Jordi Pujol y la honorabilidad del hijo de un padre salvado por la campana de la prescripción de un delito fiscal (juez Pedraz), se dirima ahora en un juzgado de instrucción de Barcelona! La verdadera grandeza de un ex histórico y un Honorable President en activo, consistiría en pedirle al gobierno del Estado que investigase hasta sus últimas consecuencias en las cuentas de CDC, de Suiza, del caso Palau, para despejar los horizontes de Cataluña de cualquier sombra de sospecha. Se lo merecen los Mas, los Pujol y los Ferrusola. Pero, sobre todo, se lo merecen los catalanes.
Atención, preguntas:
• ¿Por qué el juez del «caso Palau», en vez de alegrarse de que UDEF pueda aportar más datos, se pone como un basilisco porque no ha sido él el que ha solicitado la investigación?
• ¿De dónde sale la pasta gansa que ha invertido Jordi Pujol junior en un hotel de alto standing en Acapulco? ¿Le importaría mucho aclararlo al hijísimo?
• ¿No resulta curioso que el mismo abogado que defendió a imputados en el «caso Palau», Javier (Xavier) Melero, del bufete Melero&Gené, firme al pie de la solicitud de querellas presentadas por Artur Mas y Jordi Pujol?
• Es posible que Pedrojota Ramírez sea víctima de instintos suicidas mediáticos; que se haya puesto El Mundo (o lo que queda de él) por montera sin calcular las consecuencias. Pero, ¿alguien se lo cree?
• ¿De verdad hay españoles, sobre todo catalanes, que puedan pensar que el informe, borrador, lo que sea de la UDEF se lo han inventado, no existe, es un libelo que se han sacado de la manga para «destruir» al President? ¡Venga ya, hombre! A estas horas ya estarían todas las editoriales persiguiendo al guionista para encargarle un bestseller mundial de intriga.
• Es humano que los ciudadanos Mas y Pujol se amparen en la justicia. Pero, si son inocentes, y partimos de esa premisa, ¿es honorable, ético, democráticamente sano que, un ex President histórico y un President que quiere hacer historia, obstaculicen a la justicia con la propia justicia? Si no tienen nada que esconder, ¿por qué no colaboran a que se esclarezca este asunto? En política no llega con ser honrado, además hay que parecerlo y, si es necesario, demostrarlo.
• ¿Por qué el Sindicato Unificado de Policía le pide al juez del «caso Palau» que investigue los datos que figuran en el borrador de un informe elaborado por la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal? ¿Quizá por qué existen precedentes de señorías que dan carpetazo en vez de ampliar diligencias?
• ¿Algo español, de toda procedencia, de toda condición, de cualquier estamento, de cualquier ideología, con origen en cualquier lugar geográfico, huele a podrido en Suiza?
• ¿Nadie está dispuesto de una vez por todas a tirar de la manta, caiga quien caiga y caiga lo que caiga? ¿No se merecen un respeto millones y millones de españoles sobre los que pende todo el peso de la Ley, de la Agencia Tributaria, de la recaudación despiadada, como una familiar y cotidiana espadas de Damocles?
La vieja y sospechosa estrategia de matar al mensajero
¿Basta ya, señores! Este país, España (Cataluña incluida), no puede afrontar el siglo XXI soportando agravios comparativos entre unos pocos inmunes e impunes privilegiados y cuatro decenas y pico de millones de pringados. O jugamos todos al mismo juego o se pincha la pelota.
Esta historia Suiza puede acabar bien o mal para señores muy Honorables. Pero no debe acabar por ese atajo que tanto tienta a los poderosos: matar al mensajero.
Nota.- Desde que Pedrojota envió el misil mediático de Suiza, Cataluña no parece una Comunidad Autónoma con delirios de Estado, sino más bien el plató de «Sálvame». En tres días se han más querellas que los incontinentes colaboradores de JJ Vázquez en tres programas.