Alicia Sánchez-Camacho argumentó que si el PP se abstuvo en la cuentas es porque Cataluña necesitaba reformas tras la "pésima" gestión del tripartito
Debate a tres en 8TV entre Artur Mas (CiU), Pere Navarro (PSC y Alicia Sánchez-Camacho (PP) a cuatro días de las elecciones catalanas y, como ocurriera en el de TV3, en el que participaron todos los candidatos, no ha habido ni una palabra sobre los sonrojantes casos de corrupción que afectan a CiU y a sus altos dirigentes.
Navarro y Camacho eludieron nuevamente referirse tanto la cuestión de las cuentas como a las dos investigaciones judiciales -el ‘caso del Palau de la Música’ y el de las ITV- con las que se ha vinculado al partido nacionalista.
En cambio, han evidenciado su divorcio sobre el referéndum independentista, centrándose en cuál debe ser el futuro encaje de Cataluña en el resto de España.
Los tres candidatos han suscrito las palabras del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de que estas elecciones catalanas son las más trascendentes de la historia, y Mas ha retado de nuevo al PP a acordar la consulta secesionista los próximos cuatro años y a aceptar el resultado, sea a favor de que Cataluña se convierta en un Estado propio o no.
Para Camacho, esto es «engañar» a los catalanes, mientras que Navarro ha insistido en que la consulta debe celebrarse en una marco legal y acordado.
LA LÍDER DEL PPC
Alicia Sánchez Camacho rechazó d eplano la idea de realizar una consulta ciudadana en Cataluña sobre el derecho a decidir de los catalanes.
«El derecho a decidir está previsto en la Constitución y lo deciden todos los españoles«, ha dicho la candidata del PP a la Generalitat, interpelada por Mas sobre si accedería a consultar a los catalanes sobre su futuro.
«Esto no es Escocia», ha espetado Sánchez-Camacho a Mas.
Una respuesta mucho menos clara dio el candidato socialista, Pere Navarro, que se ha mostrado dispuesto a elaborar un «informe jurídico» que avale la formulación de una consulta en Cataluña.
Sánchez-Camacho ha augurado un acuerdo entre CiU y el PSC por el derecho a decidir.
«Hablan de territorio libre y soberano en Collbató o Santpedor, donde ustedes han puesto de acuerdo, y se pondrán de acuerdo en el territorio libre y soberano con CiU».
LOS PRESUPUESTOS
Asimismo, el presidente de la Generalitat ha intentado acallar sus políticas económicas recordando que los populares han avalado los dos presupuestos aprobados esta legislatura.
Mas ha dicho a Alicia Sánchez-Camacho:
«Estoy sorprendido de que me dé lecciones. Usted ha sido corresponsable de las decisiones que se han tomado en este país en materia presupuestaria».
Camacho argumentó que si el PP se abstuvo en la cuentas es porque Cataluña necesitaba reformas tras la «pésima» gestión del tripartito, y ha contraatacado reprochando a Mas que ha incumplido la mayoría de compromisos que el PP le pidió a cambio de abstenerse.
Ambos también se han enzarzado en una discusión por la financiación catalana, y se han acusado de no haber tenido paciencia para negociar el pacto fiscal y evitar así las elecciones anticipadas.
REUNIÓN CON RAJOY
El presidente ha explicado que, meses antes de aprobarse el pacto fiscal en el Parlament, se reunió en secreto unas seis horas con el presidente Mariano Rajoy y le advirtió de las consecuencias que podría tener que el Gobierno central no se tomara en serio la demanda catalana, y ha añadido:
«Si hubiera habido pacto fiscal ahora no estaríamos hablando de esto».
Camacho le ha acusado de ser el culpable de que fracasaran las negociaciones y le ha dicho que el PP estaba dispuesto a crear dos comisiones para reformar la financiación catalana y, en general, la de todas las autonomías: una con expertos y otra en el Senado.
SIN «INCONVENIENTE»
El líder del PSC, Pere Navarro, se ha presentado como alternativa a los recortes de CiU y PP, y ha asegurado que con una política fiscal diferente no deberían hacerse los mismos ajustes; una propuesta a la que Mas y Camacho le han respondido echándole en cara la herencia socialista de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y José Montilla.
Navarro ha retado a Mas a celebrar una cumbre anticrisis tras las elecciones para abordar la crisis y proponer soluciones, algo que el presidente no tiene «inconveniente» en hacer aunque no ha quedado muy satisfecho, según ha dicho, de la que se celebró a principios de 2011.