Lo que el 25-N ha traído a su matrimonio no es un bache, sino una crisis sin precedentes
El artículo, originalmente publicado en ‘La Gaceta’, sale este 2 de diciembre de 2012 en Elsemanaldigital, diario online que dirige su autor y dadas las fuentes de Antonio Martín Beaumont, cuyo conocimiento de lo que ocurre en la sede popular de la madrileña calle Génova está por encima del de cualquier otro periodista, nos permitimos volverlo a dar.
El análisis tiene un indudable interés para todos los lectores y aclara muchas cosas sobre el PP, el Gobierno Rajoy y sus cuitas en Cataluña:
A la espera de certezas en Cataluña, el PP glosa en cenas las horas bajas de CiU, que busca desesperadamente la purga que alivie sus males.
A saber: el revolcón electoral del 25-N, la crisis de la coalición y la ausencia de anclajes al frente de la Generalitat. Los populares han constatado ya cómo los nacionalistas encabezados en Madrid por Josep Antoni Durán i Lleida se cuecen en su propia salsa.
«Sufren un fuerte ataque de contrariedad. Y no es para menos. Cambiaron estabilidad por inestabilidad», en palabras de un dirigente de Génova.
En el partido del Gobierno empiezan a ver el salto al vacío de Artur Mas como el mejor parachoques de España.
Es el papel que le cuadra al amortizado líder convergente. Nada más y nada menos. ¿Quién de los suyos sería tan osado como para lanzar un nuevo órdago secesionista?
El batacazo de las urnas cierra el episodio de mayor ensoñación del nacionalismo catalán. Su horizonte programático debe ser la renuncia al soberanismo y la vuelta al seny: abandonar la estelada y abrazar la senyera.
No sería lógico que CiU se cerrase en banda. Sería un camino demasiado peligroso. Sólo queda una vía para una coalición ahora muy despistada.
La de su centralidad, que además desea consolidar Mariano Rajoy. A corto plazo el presidente del Gobierno ha restablecido los canales de diálogo con Duran i Lleida.
La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría tiene el encargo de mantener despejados los puentes con el nacionalista, según confiesan en La Moncloa.
La buena relación de Sáenz de Santamaría con Duran i Lleida hizo posible en su momento el apoyo catalán para convalidar el primer plan de ajustes de Rajoy.
Del reinicio de la entente se encargará por extensión el portavoz del Grupo Popular, Alfonso Alonso. Lo justo para devolver el debate a la prioridad: La lucha contra la crisis económica. De esto se trata.
Sin embargo, el acercamiento a los populares del portavoz de CiU en el Congreso cual hijo pródigo que vuelve a casa con la cabeza gacha —había que ver lo suave que estuvo en la sesión de control del miércoles– ha echado más gasolina a la ya de por sí altamente inflamable situación interna por la que atraviesa la coalición nacionalista.
Duran i Lleida, muy ducho y a gusto en su papel de capo de CiU en la capital, no rinde más cuentas que las justas a su president sobre sus conversaciones con Rajoy, Sáenz de Santamaría y compañía.
En un momento de mucha zozobra, ello le ha provocado un ataque de celos a Mas, que se siente tan desplazado como aquel que inventó el refrán «tres son multitud».
No es nuevo que el líder de Convergència y el de Unió Democrática se vigilen mutuamente y desconfíen uno del otro, pero ahora lo hacen más que nunca.
Lo que el 25-N ha traído a su matrimonio no es un bache, sino una crisis sin precedentes.
LO QUE SE CUECE EN TWITTER
Dos diputados electos y dirigentes de CDC, Josep Rull y Carles Puigdemont, se han puesto críticos con Unió, después de que el Consejo Nacional de este 1 de diciembre de 2012 se hayan mostrado favorables a «rehacer puentes» con el PP.
Puigdemont es claro en su cuenta de Twitter:
«Los catalanes han enviado al PP a la cuarta posición y el soberanismo a la primera y segunda. ¿Puentes? Sí, pero de plata».
Rull, también secretario de organización de CDC, no ha citado textualmente a Unió ni al PP pero es muy explícito en la red social:
«Respiremos hondo y contemos hasta diez …».
No opina lo mismo el secretario general de Unió Democràtica, Josep Maria Pelegrí, quien escribía en Twitter este sábado:
«No me caen los anillos por decirlo: diálogo con todos».
El número dos de los democristianos, tras aseverar tajante que «el PP ha hecho mucho daño a Catalunya», se pregunta retóricamente:
«Hay que tener diálogo con los maltratadores… Unió está dispuesta».