Nuevo episodio en el supuesto manejo del dinero de la familia Pujol. Este jueves la protagonista es la esposa del expresidente, Marta Ferrusola, a quien una íntima amiga de Jordi Pujol atribuye la frase de «los 400.000 euros ya están donde tienen que estar» en el contexto de una conversación telefónica con su hijo Jordi Pujol Ferrusola, a quien se le relaciona con el traslado de fajos de billetes de 500 euros a Andorra.
Para la Fiscalía Anticorrupción, de la declaración de la íntima amiga de Jordi Pujol Ferrusola se extrae la conclusión de que existen «datos o indicios, que, de poder ser concretados o ampliados, permitirían una investigación penal por presuntos delitos de blanqueo de capitales y/o delitos contra la Hacienda».
Todo lo recoge este jueves 10 de enero de 2013, en portada, el diario El Mundo.
«Están donde tienen que estar»
Las declaraciones de este amiga llamada V.A.M, testimonio del que se ha servido la Udef, subrayaban que en conversación telefónica entre Jordi Pujol Ferrusola y Marta Ferrusola, su madre, oyó decir a ésta:
«Los 400.000 euros ya están donde tienen que estar».
María Victoria Álvarez Martín declaró el pasado 13 de diciembre ante la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) que quien fuera su compañero sentimental durante cinco años acudía con frecuencia a Andorra con su coche repleto de bolsas con billetes de 500 euros.
Esta mujer asegura que ella misma le acompañaba en esos viajes entre Barcelona y Andorra, que se producían con bastante asiduidad, y que en uno de esos trayectos descubrió por casualidad que el maletero del vehículo estaba repleto de dinero.
El destino era la Banca Mora, la entidad preferida por élites catalanas para esconder el dinero en el paraíso fiscal pirenaico.
Tras el hallazgo, María Victoria Álvarez Martín afirma que le dijo a Pujol Ferrusola que no le acompañaría más en esos viajes y la reacción de éste fue maltratarla física y verbalmente, algo que dice que no fue la primera ni la última vez que ocurrió.
La ex pareja de Pujol Ferrusola también habló de viajes a México -donde él tenía inversiones en construcción, negocio de casinos- y a Londres, donde se reunía con un hombre que pudo ser el encargado de blanquear los fondos.
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