Los dirigentes históricos (de Alfonso Guerra a Txiki Benegas) abogan claramente por la ruptura, al igual que algunos barones territoriales como el extremeño Guillermo Fernández-Vara
La ruptura entre el PSOE y el PSC está por ahora descartada, pero la decisión de los socialistas catalanes de votar distinto por vez primera en 35 años ya ha tenido este miércoles 27 de febrero de 2013 las primeras consecuencias.
José Zaragoza, actual secretario general adjunto en el Grupo Socialista, ha dejado este cargo.
Su marcha se produce después de las presiones de Alfredo Pérez Rubalcaba, quien considera, como ha adelantado este diario esta mañana, que no se puede estar en la dirección parlamentaria, y encima como su número tres, tras haberse posicionado de forma distinta a la inmensa mayoría, cosa que ocurrió el martes cuando todos los diputados del PSC (salvo Carme Chacón) apoyaron las propuestas de CiU e ICV sobre la consulta en Catalunya. El PSOE votó en contra.
Explica Juan Ruiz Sierra en ‘El Periódico de Catalunya‘ -diario cuya cercanía al PSC es firme, constante y antigua- queel entorno del líder socialista confíaba esta mañana en que sea el exsecretario de Organización del PSC, que dirigió la campaña de Chacón en su carrera con Rubalcaba para liderar el PSOE, quien diese el paso.
«Esperamos que sea coherente y renuncie a su puesto tras romper la disciplina de voto«.
Y lo ha dado. Zaragoza ha presentado su dimisón. Y por supuesto, ha sido aceptada. Ahora será diputado raso.
Ambiente enrarecido
Mientras tanto, este miércoles el ambiente en el Grupo Socialista continúa muy enrarecido. Los dirigentes históricos (de Alfonso Guerra a Txiki Benegas) abogan claramente por la ruptura, al igual que algunos barones territoriales como el extremeño Guillermo Fernández-Vara.
Pero Rubalcaba no está dispuesto a una decisión tan drástica.
«Sería una locura. Las generales no se pueden ganar sin Catalunya ni Andalucía. Si nos separamos del PSC no ganaremos las elecciones en al menos una generación».
Por el momento, las acciones tras el voto diferenciado, más allá de una «revisión» pausada de las relaciones entre ambos partidos, se reducen a Zaragoza y la dirección del grupo.
La cúpula del PSOE señala que no se ha planteado en ningún momento sustituir también a los portavoces parlamentarios que pertenecen al PSC.
