Decía hace pocos días el secretario general de los socialistas de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que el Partido Popular «se va a quedar con las ganas» de que al PSOE le salga una figura como la del extesorero del PP, Luis Bárcenas, en referencia a no sé qué posible estafa en la localidad toledana de Polán. Y les pedía, a los populares, un poquito «menos de soberbia y un poquito más de humildad, que expliquen lo que tienen y que dejen de ver tramas donde no las hay».
Está claro, y por el bien de todos lo espero, que Bárcenas como el del PP sale sólo uno cada millón de años, pero también es cierto que el señor Page tuvo que medir mejor sus palabras porque no en Polán sino en Mora le ha salido una especie de trama relacionada con unas placas solares subvencionadas, cobradas pero nunca instaladas. El propio alcalde de Mora, Emilio Bravo, ha sido el encargado de «destapar» la trama que sin llegar a ser las que gasta el señor Bárcenas, sí ha molestado al regidor toledano.
El caso, según ha explicado Bravo, es que el PSOE gobernaba en el Ayuntamiento de Mora, la Diputación de Toledo y la Agencia Provincial de la Energía cuando, en 2006, se firmó el convenio tripartito para la instalación de placas solares que sirvieran para la iluminación del Castillo de Mora, por el cual la Diputación y el Ayuntamiento aportaban cada uno el 37,07% del coste y la Agencia Provincial de la Energía, el 25,86% restante. Un proyecto que se adjudicó y se pagó, pero en el que nunca se realizaron los trabajos previstos y por el que el fiscal ha abierto diligencias previas informativas en las que se recoge que, presuntamente y sin perjuicio del resultado de las diligencias, los hechos revisten caracteres de un delito de malversación de caudales públicos.
La corrupción es un mal que hay que erradicar de donde sea si no queremos perder la democracia. Y si aparece una trama donde antes no la había, habrá que erradicarla también.
