El cese del servicio que se prestaba a través de un convenio con la Cruz Roja es otro despropósito más
Les dejaron que lloraran a gusto, sin prestarles la debida y preceptiva atención psicológica en este tipo de casos, merced al recorte que aplica el Govern balear desde el pasado día 4 en este tipo de asistencia.
A nadie pareció importarle, excepto a los diligentes miembros de la Guardia Civil y Policía Local, así como a los efectivos de Emergencias que no sabían dónde mirar, indignados ante la situación.
Los protagonistas eran los familiares del joven venezolano de 20 años José Luis Giraldo Iriarte, y el padre y allegados del colombiano Brahiar Eliezer Hernández, de 23.
Ninguno lograba entender cómo nadie cualificado profesionalmente les prestaba la más mínima atención a nivel anímico.
Asistieron así entre lágrimas el pasado sábado al mediodía al rescate de ambos jóvenes del fondo de mar, tras haber perecido éstos ahogados en la tarde del miércoles, después de ser engullidos por una enorme ola en un acantilado de Cala Mandia mientras se tomaban una foto en lo alto de una roca.
EL CONVENIO HACE AGUAS
La escena, cómo puede contemplarse en el vídeo que acompaña esta noticia, no puede ser más desoladora. Los recortes parece que priman ahora por cualquier otra consideración, y el cese hace años del servicio que se prestaba a través de un convenio del Govern con el Colegio Oficial de Psicólogos de Baleares (Copib), así como la finalización ahora del contrato entre la Dirección General de Interior y la Cruz Roja, es otro capítulo más en el despropósito del Ejecutivo balear.
Y es que la actual cobertura anual de este servicio en Baleares a través del 112: un total de 137.000 euros, «las 24 horas del día, los 365 días del año, activables directamente desde el 112, con cuadrantes mensuales predefinidos y con un tiempo de respuesta máximo de 30 o 45 minutos», no basta.
La treintena de psicólogos destinados en Baleares no puede ahora garantizar la asistencia con dedicación exclusiva.