Mucho se habló durante las pasadas elecciones autonómicas de la importancia de la provincia de Guadalajara en el resultado final y de cómo influiría en el cambio de gobierno en la región. Finalmente todos los pronósticos se cumplieron y María Dolores de Cospedal se alzó con la Presidencia de la Junta gracias al más del 48% de los votos en toda la región. Guadalajara no falló a los populares donde consiguieron más de 64.000 votos por 49.000 el PSOE en la provincia y ya, en la capital, el resultado fue sonrojante para los socialistas: 22.783 votos por 12.773. No se recuerda algo así.
El secretario general del PSOE en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, sabe de la importancia que tendrá de nuevo Guadalajara en las próximas elecciones; lo sabe y quiere amarrar un buen resultado en tierras alcarreñas. No es casualidad que mandara el mensaje de que habrá «muchos cambios y novedades» en las listas del PSOE de cara a las elecciones autonómicas en Guadalajara, provincia y ciudad que contribuyeron a cambiar el color político en la región. En esta ciudad, por lógica, habrá un candidato nuevo que dispute la alcaldía a Antonio Román. Los más de 10.000 votos que sacó el popular a Magdalena Valerio la condenan a no repetir y a quedar en un segundo plano. Sin embargo, su partido se multiplica en convocatorias, ruedas de prensa, comunicados y actos. Su trabajo en la oposición lo están haciendo muy bien.
García-Page ya está moviendo ficha y no lo oculta. Se deja querer de vez en cuando en tono nacional pero regresa pronto a la región para que todos sepamos que está aquí. Habrá que ver si el PP no se queda atrás y no olvida que nada más perder las elecciones muchos socialistas afirmaron que el resultado era tan solo una anécdota y que en cuatro años volverían a la Junta.
