Su reelección en el Congreso de UPN supone también salir airosa en el plano interno de uno de los momentos más difíciles de su trayectoria política
La presidenta del Gobierno foral y de UPN, Yolanda Barcina, ha revalidado este domingo 17 marzo 2013 su cargo al frente del partido, al imponerse con el 51,58% de los votos emitidos a Alberto Catalán, cuyos seguidores ha pedido un nuevo recuento que no ha alterado el resultado al constatar un desfase de seis votos.
El desfase se ha producido por el fallo en el sistema del registro que ha llevado a modificar el sistema de votación, que finalmente ha dado una victoria igualada a Barcina, quien ha obtenido 871 votos, el 51,58 % del total, frente a los 795, el 47,27 %, que ha logrado Catalán, hasta ahora vicepresidente regionalista y presidente del Parlamento de Navarra.
También han sido elegidos los candidatos de Barcina a la vicepresidencia del partido, Juan Antonio Sola, y a la secretaría general, Oscar Arizcuren. Sola ha logrado 863 votos, el 51,31 %, frente a los 786 votos (46,73 %) recabados por Conchi Mateo, y Arizcuren ha contado con 852 votos, el 50,65 %, frente a los 807, el 47,98 %, de Amelia Salanueva.
La renovación de los cargos de dirección de UPN, partido mayoritario en Navarra y que desde hace 17 años gobierna ininterrumpidamente en esta comunidad, se ha producido en el IX Congreso que los regionalistas han celebrado en Pamplona bajo el lema «Centrados en Navarra».
En esta ocasión el congreso ha estado marcado por la división entre quienes apoyaban a Barcina y a Catalán y salpicado por la polémica de las dietas cobradas en los órganos de dirección de Caja Navarra, en la que ambos, junto con otros políticos navarros, se han visto implicados. Una polémica a la que no han aludido ni los militantes ni Yolanda Barcina, quien, en su discurso de clausura, ha reconocido que los últimos días han sido para ella «especialmente duros» y se ha mostrado agradecida por el respaldo obtenido.
Un respaldo pese al cual ha afirmado no sentirse «victoriosa de nada ni sobre nadie» y ha anunciado que quiere contar en la dirección del partido con Alberto Catalán, quien, en declaraciones a los periodistas tras el congreso, ha asegurado que no se siente «derrotado» sino con la «satisfacción del deber cumplido y la conciencia tranquila».
En su discurso, Barcina ha precisado que los únicos que han podido salir perdiendo en este congreso son los nacionalistas vascos y sus pretensiones anexionistas, y ha hecho un llamamiento al PSN-PSOE para dotar al Gobierno de Navarra de estabilidad parlamentaria.
Tras mostrar al respecto su «mano tendida», ha anunciado que se pondrá a trabajar en aras de un acuerdo, «especialmente» con los socialistas pero también con aquellos partidos «que creen en el Amejoramiento y en la Constitución».
Tras señalar que UPN está preparado para hacer de «rompeolas» frente al nacionalismo, la también presidenta del Gobierno de Navarra se ha referido a su partido para apostar por «emprender un decidido proceso de regeneración que no tiene vuelta de atrás».
La victoria de Yolanda Barcina ha reafirmado su liderazgo al frente de un Gobierno de Navarra con dificultades para avanzar por su minoría parlamentaria y con una gestión reprobada esta misma semana por el resto de los grupos.
Su reelección en el Congreso de UPN supone también salir airosa en el plano interno de uno de los momentos más difíciles de la trayectoria política de Barcina (Burgos, 1960), inmersa en las últimas semanas en la polémica por el cobro de elevadas dietas percibidas de Caja Navarra, que le ha reportado un mayoritario rechazo ciudadano.