Se ha dado relevancia a los numerosos correos electrónicos aportados por Diego Torres
La Casa Real estaría en un verdadero brete si al final la Fiscalía Anticorrupción cede a las pretensiones del juez Castro en aras de imputar a la Infanta Cristina en el caso Nóos, como así parece que va a ser en un plazo inminente.
Y es que ha aparecido su firma estampada en al menos tres actas de reuniones mantenidas en el instituto de su marido, Iñaki Urdangarin, prueba irrefutable a decir de fuentes jurídicas de su implicación en este enrevesado entramado de sociedades que daban cobertura a las actividades de la sospechosa fundación.
Tal y como informa Ultima Hora Radio, todo radica ahora en que se pongan de acuerdo la Fiscalía Anticorrupción y el juez instructor del caso, José Castro, que está decidido a llevar adelante la causa caiga quien caiga.
La trascendental decisión, que podría hacerse pública en apenas dos semanas, cuenta no obstante con el rechazo de Anticorrupción, que según las mismas fuentes no lo ve «conveniente».
LOS CORREOS TAMBIÉN LA IMPLICAN
El juez cuenta, amén de con las rúbricas de la hija del Monarca, con los correos aportados por el socio de Urdangarin, Diego Torres, que la implican directamente. En ellos se ven claros indicios de que la infanta y la Casa Real estaban al tanto de las actividades presuntamente ilícitas.
Quienes se da por seguro que serán imputados tras el periodo de instrucción, en el plazo de un mes, serían Rita Barberá y Francisco Camps, alcaldesa de Valencia y ex presidente de la Generalitat Valenciana, «al existir evidencias de que existió una reunión entre ambos políticos con Iñaki Urdangarin en la Zarzuela.