Jaume Font ya se ha puesto en contacto para "esclarecer dudas y pedir respeto"
Desde que Antoni Pastor se sumó al nuevo proyecto el PP balear está que trina y hace gala, una vez más, de una actitud chulesca con todos aquellos que considera díscolos.
En este caso quizás saquen los pies del tiesto, puesto que a Antoni Pastor, alcalde de Manacor, quizás se le puede achacar ser un tránsfuga ateniéndose literalmente a la definición, como aducen reiteradamente entre otras descalificaciones, aunque no hay que olvidar que le expulsaron del seno ‘popular’ al negarse éste a secundar su política lingüística.
Sea como fuere, el ahora vicepresidente de el Pi merece un respeto como el que más, algo que les ha ‘recordado’ el presidente de la nueva formación autonomista Jaume Font a sus antiguos compañeros de filas -también salió escopeteado como se recordará-.
Les refresca además la memoria, sacando a colación algo obvio y que desluce aún más si cabe la actitud de ‘los de la gaviota’, puesto que actualmente ambas formaciones tienen nada más y nada menos que siete pactos municipales: en Andratx, Ses Salines, Muro, Vilafranca, Pollença, Sineu y en Es Castell.
En un comunicado han instado así al PP
«a reflexionar si resulta coherente descalificar a aquellos con los que se gobierna. Les invitamos, también, a replantear los pactos en el caso de mantenerse el tono».
«SOMOS UN PARTIDO ABIERTO»
El Pi hace también hincapié en que más del 50 por ciento de su actual Ejecutiva está compuesta «por personas que nunca han ostentado un alto cargo político», añadiendo en este sentido que son «un partido abierto que ha nacido en el seno de esta comunidad y que quiere ocupar la centralidad entendida como aquel espacio donde la mayoría de la ciudadanía pueda coincidir en ideas, valores y convicciones».
Ante la situación surgida en las últimas semanas, el presidente del partido, Jaume Font, se ha puesto en contacto con la directiva del PP balear para «esclarecer dudas y pedir respeto a un proyecto que acaba de empezar».
Finalmente, se pide
«dejar de lado los ataques, comentarios insidiosos y descalificaciones» para «trabajar duro para los ciudadanos de las islas», mostrando de paso su rechazo «al estilo político tabernero e irrespetuoso».