Permaneció junto al cadáver varias horas esperando en vano a que le hiciera efecto el brebaje, y luego se entregó
Moustafa M., el marroquí que mató este domingo a su pareja sentimental en un piso de la segunda planta del inmueble número 28 de la calle Aragón de Palma, se tomó tras la agresión un bote de sosa cáustica con el ánimo de suicidarse, aunque ocultó este hecho a la Policía tras entregarse.
No fue hasta horas después de encontrarse en los calabozos del Cuerpo Nacional de Policía cuando dijo encontrarse mal, por lo que tuvo que ser trasladado de urgencia al Hospital de Son Espases, donde se le operó y en donde se le ha extirpado el estómago y el esófago. Permanece ahora ingresado en estado grave pero estable.
El aludido, según se sabe ahora, le asestó a Soledad A.C., de 33 años y de nacionalidad boliviana, un certero envite en el abdomen con un cuchillo de cocina, abriéndola literalmente en canal, ya que la trayectoria de la hoja tuvo un recorrido hacia arriba, lo que demuestra el ensañamiento con el que cometió el crimen.
Según parece antes le ‘pinchó’ en otras partes del cuerpo, en un salvaje ataque que no fue escuchado por nadie, ya que la vivienda escenario del suceso está rodeada tan sólo por pisos de oficinas que estaban vacías ese día festivo. Tras dar rienda suelta a sus instintos asesinos permaneció junto al cadáver varias horas esperando a que le hiciera efecto el veneno que se tomó, aunque al no sentir nada decidió acercarse ensangrentado hasta Comisaria a las cuatro de la tarde.
El hecho, según fuentes policiales consultadas por RB, fue motivado por un ataque de celos, tras una fuerte discusión que quizás tuvo lugar en una hora indeterminada ese día, aunque la autopsia trata de determinar ahora el momento aproximado.
Los investigadores no han logrado encontrar el arma blanca con el que se perpetró este segundo caso de violencia cometido en Mallorca en lo que llevamos de año, a pesar de haberse buscado con ahínco en contenedores de basura y alcantarillas.
Moustafa M. tenía antecedentes por diversos delitos contra la propiedad, aunque no por violencia de género.