El marido y la hija de Catalina Frontera Hidalgo ya habían dado parte de sus amenazas
Al final ha acabado derrumbándose y lo ha confesado todo ante la Guardia Civil, que le había detenido a las pocas horas de cometerse el crimen en la finca Can Polini del término municipal de Bunyola el pasado miércoles por la mañana.
El exempleado del lugar, de 45 años de edad y de quien no se ha facilitado de momento la identidad, acaba de confesar que mató a la empleada de la limpieza, Catalina Frontera Hidalgo, asestándole varios envites con una katana japonesa.
Dice que actuó de tal guisa ya que ésta se había quejado ante los propietarios del lugar, unos alemanes, de su mala conducta laboral, razón por la que recientemente había sido despedido.
La Guardia Civil le tenía prácticamente acorralado, ya que en la escena del crimen habían aparecido sus huellas ensangrentadas y sus pisadas, en un dantesco paisaje que fue descubierto por un electricista que en la mañana de autos había acudido a la casa a realizar unas reparaciones.
LA HABÍA AMENAZADO
Tal y como ya informó RB, tanto el marido como la hija de la infortunada ya habían dado cuenta a los investigadores de que la mujer había recibido últimamente amenazas de muerte por parte del ahora arrestado.
La autopsia realizada a Catalina, vecina de Santa María, ha determinado que falleció a resultas de varias heridas incisas, y que además había recibido un fuerte golpe en la parte posterior del cráneo.
El detenido pasará a disposición judicial mañana sábado.