De Page se esperaba mucho tras la marcha de Bono y el descalabro de Barreda
Cuando Miguel Indurain decidió colgar la bicicleta media España lloró la pérdida deportiva y otra media buscó desesperadamente otro mito a quien seguir, otro corredor que diera en las narices a los franceses y les recordara cuánto valen los españoles. El sustituto de la afición no fue otro que Abraham Olano que siendo un corredor excepcional (campeón del mundo en ruta y contrarreloj además de ser el vencedor de una vuelta a España entre otros logros) no pasó nunca la criba y fue mirado como la eterna promesa, el que pudo ser y no fue.
Hoy se reúne la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE a la que regresa, después de unas semanas de baja, Eduardo Madina, al que muchos apuntan como próximo candidato socialista a las elecciones generales y, se supone, que futuro secretario general del partido, puesto al que aspiraba el líder de los socialistas de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.
A Page le ha sucedido un poco como a Olano. Se esperaba mucho de él tras la marcha de José Bono de la región (finalmente cruzó el Tajo) y el descalabro de José María Barreda que antes de marcharse hizo de Nerón quemando todo a su paso. El tiempo poco a poco ha ido poniendo a cada uno en su sitio y parece que el también alcalde de Toledo finalmente no va a despegar. Ha confirmado públicamente que hoy, tras conocer el planteamiento de Madina, se pronunciará.
Igual Page a estas alturas de la película nos sorprende y esprinta en este final de carrera de Alfredo Pérez Rubalcaba, a quien parece que no va a llorar ni sus afilados el día en que anuncie que cuelga la bicicleta.