El índice de despeñados se ha situado en los últimos años en una media de uno al mes
Con la excusa de que nadie acudía al concurso convocado, que se hizo público tras muchos años registrándose suicidios, el Consell de Mallorca ha puesto por fin en marcha este lunes las obras que permitirán vallar un espacio de 1.100 metros en Cabo Blanco, en el tramo de carretera que enfila a pocos pasos hacia los llamados ‘acantilados de la muerte’.
Con una media de un suicidio mensual, a la institución insular no le ha quedado más remedio, y no por altruismo, sino porque las labores de rescate de los cadáveres son harto costosas y porque el tema clama ya al cielo.
TODO MUY APARENTE
En un comunicado que ni menciona el suicidio no vaya a ser que alguien se asuste, el departamento de prensa hace saber que para tal fin, y «al tratarse de un área de paisaje singular protegido», se va a instalar «una barrera de seguridad mixta de madera y acero, que quedará perfectamente integrada en la zona».
Los trabajos los lleva a cabo la empresa Trabajos del Bosque, todo ello por un importe de 60.560 euros, y durarán unas tres semanas.
El conseller de Urbanismo y Territorio, Mauricio Rovira, recomienda de paso conducir con precaución por esta carretera no vaya a ser que alguien se despiste y acabe despeñado por culpa de las obras.