Karl Uwe K., de 56 años de edad, y que llamaba a su mascota 'señor Roberto', sólo poseía una linterna y una radio
Había sido en tiempos un afamado pintor en Alemania, aunque por azares del destino acabó emigrando a Mallorca, donde quedó confinado a causa de su precaria situación en un estrecho túnel situado bajo un puente de la localidad de Sóller.
Malvivía rodeado de ratas y excrementos junto a su perro, al que llamaba cariñosamente ‘señor Roberto’, y con él estuvo también durante un tiempo otro indigente que un buen día se lió los bártulos a la cabeza y se fue a buscar otra oportunidad, o quizás otro lugar más salubre.
LO ENCONTRARON AGONIZANDO
Karl Uwe K., de 56 años de edad, no tuvo tanta suerte. El pasado domingo una patrulla de la Guardia Ciivil lo encontró en el lugar agonizando, lleno de mordeduras de rata, tumbado en un colchón podrido, con su mascota aullando lastimeramente. Era ya demasiado tarde. Tras ser trasladado de urgencia al Hospital palmesano de Son Llàzter, el pobre hombre expiró el lunes por la tarde a causa de un fallo multiorgánico.
Una radio a pilas y una linterna que usaba como casco para alumbrarse en las tinieblas de su habitáculo es el único legado que deja, amén de unos cuantos lienzos que no consiguió vender a los vecino de la zona, labor con la que lograba obtener de vez en cuando algún sustento.
Cuentan los vecinos que se le solía ver por los supermercados de la zona, pidiendo limosna.
Los servicios sociales y desde la Fundació Miró Pastor se están realizando ahora gestiones para tratar de dar con algún familiar. Nadie responde por el momento. Como antes.