El PSOE tiene complejo de sus propias siglas y ha emprendido, en todos los ámbitos, una especie de huida hacia delante con el ánimo de borrar -o al menos ocultar- ese «Obrero» que parece que tanto le avergüenza. No hay otra explicación. No todos roban y no todos son unos sinvergüenzas.
Esas ganas de tapar la parte obrera del partido se empezó a hacer evidente hace muchos años, en plena era del «felipismo», cuando en España si no te hacías rico en un año o eras tonto o te faltaba algún hervor. La administración propició un nuevo modo de vida que caló hondo en los españoles y lo adoptaron rápidamente como suyo: el dispendio como norma, amasar una fortuna en el menor tiempo posible. La cosa salió más o menos bien porque el número de ricos creció una barbaridad.
Desde ese momento todas las administraciones gobernadas por el PSOE, ya sean locales, autonómicas o el Gobierno central, han aplicado esta máxima y se han caracterizado, salvo honrosas excepciones, por llevarlas a la más completa ruina en tan solo una legislatura, como mucho dos. Gastan lo que no tienen e hipotecan el futuro y el de las próximas corporaciones o gobiernos.
Todo esto está relacionado con la última «bronca» en las Cortes a cuenta de Geacam, paradójicamente el caballo de batalla que emplean con el ánimo de erosionar al Gobierno regional. El pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha rechazó ayer, con los votos de la mayoría del PP, una moción del PSOE que instaba a la Junta de Comunidades a cumplir «en todos sus extremos» la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha en cuanto al ERE planteado con Geacam y a que no la recurra.
El PSOE planteó esta moción sabiendo que es imposible cumplirla. Geacam anda en la cuerda floja más cerca de desaparecer que de seguir adelante debido, precisamente, a la gestión socialista que dejó una deuda de 93,5 millones de euros, además de otros gastos comprometidos hasta 2029.
El actual Gobierno presidido por María Dolores de Cospedal ha defendido hasta la saciedad que el «plan social» adoptado para Geacam fue suscrito por tres de los cuatro sindicatos que hay en esa empresa pública porque mantenía todos los empleos en una entidad a la que CCOO «ha dado la puntilla» y el PSOE «dejó moribunda», han señalado recalcando que las únicas alternativas eran presentar un plan social, como el adoptado y rechazado por CCOO, «dando la espalda a sus compañeros», o despedir a 700 empleados.
Esto al PSOE le da igual. Hipotecó su futuro comprometiendo su viabilidad y ahora quiere convertirse en su máximo adalid y defensor. La pregunta del millón es qué hubiera hecho José María Barreda si hubiera ganado las elecciones. Posiblemente Geacam ya no existiría.