Estos últimos despidos se suman a las bajas incentivadas que se han pactado ya en Diario de Mallorca
Que el sector periodístico está en sus horas más bajas no es ningún secreto, como tampoco lo es que la caída de ingresos en publicidad y el cierre a cal y canto de las subvenciones institucionales ha venido arrastrado consigo en estos últimos tiempos a veteranos periodistas, cerrando de paso las puertas a jóvenes incorporaciones.
El desolador panorama que se dibuja a nivel nacional tiene sus pinceladas más marcadas en Baleares, donde el más pintado se ha tenido que pasar recientemente a recoger su finiquito para quizás jamás volver a pisar una redacción.
NUEVAS POLÍTICAS Y NUEVOS POLÍTICOS
El nuevo signo político en 2011 ha incidido por otra parte de manera muy significativa para algunos en este declive profesional, con el cierre de la Radiotelevisión de Mallorca y satélites de por medio, y todo aquél que no ha comulgado con la nueva tendencia política y que no formara ya parte de las plantilla de algún medio local se ha visto sin otra opción más que esperar, como ya ocurriera sólo que a la inversa con la llegada del inesperado Pacte.
IB3, por ejemplo, ha sido ahora desembarco de afines al partido de turno, mientras eran obligados a saltar por la borda profesionales de postín sin más culpa que la de ‘estorbar’ a los recién llegados.
HAY QUE IR MÁS A MISA
Es el cuento de nunca acabar. Si el catalán fue antaño óbice para abrir nuevas nóminas a algunos, lo es ahora para otros el no tener a ningún conocido en algún despacho político, o el no ir a misa todos los domingos, o no querer plegarse a veces a trabajar ‘por la cara’ con un «ya veremos cuando mejoren las cosas» de fondo.
Ahora le ha tocado el turno a otros nueve periodistas de El Mundo de Baleares, en el marco de un ERE que hace un meses ya dejó en la calle a una decena de personas y que ha supuesto la eliminación de más de un tercio de la plantilla en menos de un año, tal y como se hace ahora eco el Sindicato de Periodistas de las Islas Baleares, SPIB.
En un comunicado que secunda a renglón seguido la Asociación de Jóvenes Periodistas de Baleares, AJP, se condena tajantemente esta situación, resaltándose que la profesión es «garante de un derecho constitucional irrenunciable como es el de la información», a la vez que se da un toque a la sociedad:
«Hay que defender la información con la misma fuerza que se defienden derechos sociales. Sólo las ciudadanas y los ciudadanos informados son plenamente libres. Sin información no puede haber democracia».
De momento estos últimos despidos se suman a las bajas incentivadas que se han pactado en el Diario de Mallorca, que han supuesto hasta ahora el adiós de cuatro personas.